Libres
"Pórtense como personas libres, aunque sin usar la libertad como un pretexto para hacer lo malo. Pórtense mas bien como siervos de Dios." 1 Pedro 2:16
Hay frases que son dignas de poetas. Pórtense como libres, como siervos de Dios es una de ellas. Es un fantástico juego de palabras digno de Borges, de Platón o de Neruda. Sin embargo, esta frase la dijo un rudo pescador de Galilea, que nunca fue al colegio.
Un hombre acostumbrado a madrugar y a trabajar duro, a palabras cortas, a frases sin arreglos. Pedro era un trabajador común y corriente, pero inspirado por el Espíritu Santo nos deja esta perla de la literatura.
Hoy todos hablan de libertad. Cada cual defiende la suya, aun al precio de la de los demás. Los piqueteros cierran una calle con su derecho a protestar, pero le cortan la libertad al conductor de transitar. Se fuma en las aulas porque se tiene la libertad de hacerlo, aunque se coarte el derecho al aire puro de los que no fuman.
Nosotros hacemos lo mismo. Nos creemos con la libertad de hacer lo que sentimos. No nos importa nada. No deseamos ser limitados por nada. Hacemos lo que tenemos ganas. Seguimos nuestros impulsos. No hacerlo es ser un dominado. Es ser un acartonado, un viejo sin fuerza, y sin deseos.
Pero en esta locura del frenesí, nos olvidamos de Dios. El tiene sus principios eternos y sus reglas permanentes. Para Dios la libertad del hombre es solo una oportunidad para el fracaso. Lo dejo demostrado en el huerto del edén.
Por eso el rudo pescador nos recuerda la gran máxima de Dios. El nos dio la libertad total. En lugar de hacernos esclavos o robots para obedecer sus mandatos, nos quiere cautivar con el amor. Y nos pide que seamos obedientes voluntariamente. Recordando el precio de nuestra libertad.
Hoy, una vez más tenemos que decidir. Podemos optar por hacer lo que tenemos ganas, lo que el deseo nos marca, aunque sepamos que esta mal. O podemos usar la libertad que tenemos para elegir vivir como Dios quiere.
Lo que la sociedad de hoy critica como conducta santurrona y pasada de moda, Dios la categoriza como una conducta digna de un siervo de Dios. Obviamente todo tiene sus pro y sus contras. Pero sin lugar a dudas, las ventajas de servir a Dios son siempre mayores. No uses la libertad como pretexto para hacer lo malo.
Vive libremente, para obedecer a Dios.
La libertad de pecar te esclaviza. Vive libre, con Dios.
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GRACIAS A LA HERMANA SILVIA POR EL FONDO
PEDRO PABLO
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