DOMINGO XXVIIC
(Hab.1,2-3ss.; II Tim.1,6-8.13-14;Lc.17.5-10)
“Tantas cosas en la vida nos ofrecen plenitud,
No son más que mentiras que desgastan la paciencia y la inquietud”.
Queridos amigos, todos sabemos que estamos en un mundo que se mueve
¿Hacia dónde?.... La inestabilidad se palpa por doquier, recordemos el mundo de la política, de la economía etc.etc. y con frecuencia nos entra miedo ¿ También los creyentes tienen miedo?.... Si es así, déjame recordarte, aunque sea por lo bajo :”¿hombres de poca fe, por qué teméis?” En esta sociedad que tenemos que vivir se nos escapa un quejido como le salió al profeta Habacuc ( 1,2-3ss.)en tiempos antiguos :” ¿Hasta cuando clamaré, Señor , sin que me escuches?¿ Por qué me haces ver desgracias, violencias y catástrofes ¿ Porqué tantas luchas y contiendas?
Antes , ahora y siempre, el creyente ,sólo por serlo, se ve zarandeado por la brutalidad que le rodea y en la que tiene que vivir su fe y confianza en Dios y con frecuencia deja escapar la queja que es reflejo de la duda que le ha invadido: ¿Hasta cuando, Señor, tanta desfachatez e insolencia en los que por razón de su puesto tenían que ser gente seria y honrada? ¿Hasta cuando tanto paro, tanta corrupción y tanto aborto y violencia doméstica?... La respuesta a su queja la recibió el profeta: “Oye, grava bien esto para que todo el mundo pueda verlo: Dios espera su momento y no te va a fallar. Si tarda, tu has de saber esperar porque el perverso tiene el alma hinchada pero el justo vivirá de la fe”.
Sí, queridos cristianos, Es la misma respuesta que recibieron los apóstoles y tu y yo, cuando le decimos: “ Señor, aumenta nuestra fe”. Esperad, no desfallezcáis que El no nos va a fallar. Si tuvierais fe
como un grano de mostaza, pequeña, pequeña, pero con vida ,con vigor, con fuerza y energía para fructificar, nunca os dejaríais arrollar por las circunstancias hasta haceros sufrir y dudar.
En la fe, no hay cantidad en más o en menos sino calidad, es decir: no se trata de fe grande o pequeña sino de fe viva o moribunda. La fe, amigo cristiano, es un don, un regalo de Dios; de ti y de mi depende el comprometernos y el ser coherentes.
Ah, se me olvidaba y también de nosotros dependerá la dirección
que se le dé al movimiento de nuestro mundo.
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Señor, me has dado una vida y unas facultades
A tu disposición, ¿Quieres disponer?
Así, entre los dos es mas fácil.