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¨¿ cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?¨ vr.9b.
La vida de José el israelita, que fue vendido por sus propios hermanos a los egipcios, es muy hermosa. Parece un guión de una película.
Pero, más que eso, la vida, el ejemplo y el testimonio de ese valeroso y fiel joven, enseña mucho hoy en día para los jovenes y adultos, los matrimonios y a los solteros.
José tuvo la oprtunidad de tener relaciones sexuales con la esposa de Potifar, su amo, pues ella misma lo provocaba:¨Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.¨ vr.7.
José tuvo el dominio propio, al rehusar tener relaciones ilícitas con la mujer ajena. Prefirió huir y así perder su trabajo, que caer en el pecado de la fornicación, del adulterio, y de la infidelidad. Indudablemente , que José tuvo el dominio propio, era por su relación con Dios: ¨¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?¨ vr.9b.
La fornicación es el contacto sexual entre hombre y mujer que no son casados. La fornicación está prohibida por Dios, lo dice en el séptimo mandamiento: ¨ No cometerás adulterio.¨ Éxodo 20:14.
Este mandamiento prohibe toda clase de acto sexual fuera del matrimonio.
El adulterio es el acto sexual que quebranta el matrimonio. Uno o los dos participantes pueden estar casados con otro.
Hace unos días apareció una noticia en los medios masivos dada por un sacerdote católico, declarando que la infidelidad es el pecado que más confiesan los católicos hispanos en el confesionario, y que el segundo es las relaciones sexuales antes del matrimonio. Y dijo que anteriormente los hombres eran los que más cometían infidelidad, pero en la actualidad las mujeres están a la par de los hombres.
Tantas películas, programas de Tv., revistas, donde los héroes y las heroínas instan a la infidelidad, a las relaciones sexuales antes del matrimonio, a la promiscuidad, como algo muy natural y de actualidad.
La solución o quedar limpio de pecado, no es ir al confesionario para después volver a cometer ilícitos. Esto se convierte en un círculo vicioso de pecado y de lujuria.
La solución es tener una relación personal con Dios por medio de Jesucristo.
Cuando la mujer adúltera fue confrontada por Jesús porque los escribas y fariseos la querían matar a pedradas por adúltera, Jesús le dijo: ¨ Mujer, ¿ dónde están los que los que acusaban?
Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.¨ Juan 8:10,11.
No es que Jesús estuviera consecuentando el pecado. Si no que Jesús perdona el pecado cuando hay un arrepentimiento verdadera y se confiesa a Dios: ¨ Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.¨ 1 Juan 1:9.
Jesús prohibe el pecado. Pero ama a los pecadores, y desea limpiar de todo pecado a cada persona: ¨ la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.¨ 1 Juan 1:7b.
ORACION: Señor, te pido por la juventud que está descarriada y promiscua. En Jesús, amén.
Ministerio Internacional
"Fuente de Vida"
Fondo Myriam_Lhamya
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