He aquí que yo hago cosa nueva
“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”.
Isaías 43: 18, 19
Ayer ya es pasado, ¿Llorar por lo pasado, traerá resultados positivos?, no lo creo, y es que somos numero uno para recordarnos del pasado y permitir que eso nos afecte para mal.
Tu mejor que nadie sabes que no te fue bien, que hubieras querido que las cosas fueran de otra manera, que nunca te imaginaste el resultado que daría todo lo que se veía venir, pero ya esta, se dio, sucedió, las cosas se dieron no como pensaste, pero ahora el panorama es otro.
Quizá en algún momento te preguntes: ¿Por qué Dios permitió?, pero yo te invito a que puedas hacerte otra pregunta: ¿Qué decisiones o acciones tuyas propiciaron esto?, y es que a veces pareciera que le queremos echar la culpa a Dios por lo que nosotros mismos hemos decidido, como que Dios tuviera la culpa de que me haya equivocado o que las cosas me hubieran salido totalmente contrarias a como hubiera querido.
Y es que Dios no tiene la culpa de tus decisiones, tu eres libre de decidir qué es lo que quieres hacer o no, y eso también implica que cada decisión que tomes traerá consecuencias; buenas, si son decisiones buenas; malas, si son decisiones malas, lo más recomendable es ir delante del Señor y pedirle guianza y esperar a que pueda responder. Lastimosamente la mayoría de veces tomamos nuestras propias decisiones basados en lo que creemos que es lo correcto, olvidándonos de consultar a Dios y esperar una respuesta de Él.
Algunos otros se enojan con Dios porque dicen que le consultaron, y es que hay una gran diferencia entre consultar a Dios y esperar a que El responda a la consulta. La mayoría quizá pueda consultarle al Señor sobre algo en especifico, pero son pocos los que esperan la respuesta de Dios para esa decisión y se dejan llevar por lo que creen que es lo mejor.
Por todo eso quizá últimamente te sientes un poco derrotado, como que al no salir las cosas como quisieras te has sentido defraudado y con un sentimiento de impotencia frente a todo, mas Dios en este día en especial a través de los versos que leímos al inicio te dice lo siguiente:
Primero, “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas”, en pocas palabras, olvida de una vez por todas esos malos episodios, su voluntad no es que estés lamentándote todo el tiempo sobre “lo que hubiera sido”.
Segundo, “He aquí que yo hago cosa nueva…”, que difícil asimilar lo que Dios puede y quiere hacer, mas cuando nuestra mente esta nublada por recuerdos del pasado, por eso el Señor en primera lugar nos insta a olvidar lo pasado, y ahora nos promete que “hará cosa nueva”. Y es que así es el Señor, mi Dios es un Dios de nuevas oportunidades, que a pesara de nuestros constantes errores está dispuesto a hacer nuevamente algo precioso en nuestra vida.
Tercero, “Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”, además de prometernos que hará algo nuevo, también nos recuerda su poder sobrenatural, en pocas palabras para El no hay nada imposible, lo que para nosotros puede ser algo que jamás podrá volver a ser, para Dios es de lo más fácil y lo puede volver a hacer y aun mejor que lo primero.
Hoy Dios quiere que olvides el pasado, te promete que hará algo nuevo y te confirma que su poder es un Poder Sobrenatural, frente a todo esto, ¿Por qué temer?, ¿Por qué dudar?, ¿Por qué desfallecer?, lo que Dios dice, lo cumple.
¡Vamos! es hora de levantarnos y comenzar a creer en lo que Dios puede hacer en nuestra vida, no limitemos el Poder de Dios, no pensemos que todo está perdido pues El hace de lo perdido algo NUEVO. Sonríe, sécate las lagrimas, date cuenta que tu Dios es un Dios Poderosos, Omnipotente y Soberano.
La Palabra que Dios quiere que tu mente y corazón guarden en este día es:
“He aquí que yo hago cosa nueva”
Enrique Monterroza
* Te agradecería compartieras con tus amigos esta reflexión. Con el mayor de mis respetos.
Saludos y Dios los Bendiga. *
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