Embajador de la reconciliación
"Y por mí, a fin que cuando al abrir mi boca
me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar" Efe. 6:19-20.
Uno de los resultados de estar en paz con Dios, de sentirnos reconciliados con Dios, es tener la necesidad de compartir con otros la paz que gozamos. "Que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo, no tomandoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargo a nosotros la palabra de reconciliación" 2Cor. 5:19.
De ahi surge el imperativo divino de ir a proclamar las buenas nuevas de salvación a los que no las conocen. Por eso dice Pablo de Dios " Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación" 2Cor.5:18. Hay millones de personas que no saben que el Creador se ha reconciliado con ellas, como dice Pablo, "En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en este mundo"Efe.2:12.
Para dar el mensaje de la reconciliación no es sólo ir a la gente a decirle que Dios ya no es su enemigo que se ha reconciliado con la humanidad y que nos mira con buenos ojos. Implica decirles también que para que esa reconciliación sea efectiva y valga la pena, pues fue conseguida con un sacrificio muy grande, necesitan reconciliarse a su vez con Dios. Añade el Apóstol: "Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios"2Cor.5:20.
Debe ser un gran honor para un cristiano sentirse un embajador de Cristo que lleva las buenas nuevas de la reconciliación. Meditemos en estas palabras: "A los siervos del Omnipotente se les ha concedido el exaltado privilegio de manifestar el carácter divino mediante el compromiso desinteresado de rescatar a los pecadores del abismo de la ruina al cual han sido arrastrados".