Deberiamos tomar un tiempo para pensar y poder tomar decisiones
Qué difícil es tomar una decisión. Esas decisiones en las que queremos hacer algo pero no estamos muy seguros de que sea lo correcto, lo mejor para nosotros.
Toda decisión implica siempre un riesgo, es inevitable, ya que conlleva un cambio y por tanto, nos podemos equivocar. Para asegurarnos de que nuestra decisión es la mejor posible deberíamos tomarnos tiempo para pensar.
Tomar una decisión implica una acción, y toda acción tiene una reacción. Cuando tomamos una decisión debemos hacerlo calmadamente y en un momento que sea favorable. Porque sino la decisión que tomemos puede acarrearnos problemas si lo hacemos apresuradamente.
Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso o cuando estés mal de animo.
Debemos tener en cuenta que al elegir nos podemos equivocar, pero también de nuestros errores podemos aprender.
Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que busqué un árbol muerto y lo corté. Pero luego, en la primavera, vi, desolado, que al tronco marchito de ese árbol le brotaron renuevos.
Mi padre entonces dijo:
Yo estaba seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco.
Y volviéndose hacia mí, me aconsejó:
Nunca olvides esta importante lección. Jamás cortes un árbol en invierno. Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes las más importantes decisiones cuando estás en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. La tormenta pasará. Recuerda que la primavera volverá.
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