Dios se revela
“Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la
obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra
noche declara sabiduría”. Salmos 19:1,2
Dios es un Padre de amor, que se interesa por la vida
de sus hijos. Él no te creó y te dejó abandonado a tu triste destino.
Desea guiarte, y llevarte al puerto deseado de la felicidad. El problema
es que, en este mundo, hay tantas voces que te dicen lo mismo y, a
veces, tienes dificultades para identificar la voz de Dios. Pero, él
siempre está a tu lado, llamándote e invitándote a vivir una experiencia
de amor con él.
El versículo de hoy dice que la naturaleza cuenta la gloria de Dios. Te
habla de muchas maneras: mediante el canto del pajarillo; cuando abre
una flor; de manera dulce, en la brisa mansa de la tarde calurosa, o de
manera enérgica, en la voz del trueno. Pero, te habla. La pregunta es:
¿entiendes lo que la naturaleza te comunica? ¿Tienes tiempo para
detenerte y observar lo que sucede a tu alrededor, o vives demasiado
ocupado y ansioso con las cosas de esta vida?
Es una pena que, a veces, el ser humano, al observar la belleza de los
astros y de la naturaleza, empieza a adorar las cosas creadas, y no al
Creador. Cuánta gente se pierde en los recovecos del misticismo y de la
astrología, en lugar de volver sus ojos al Dios maravilloso que creó
todo aquello. La próxima vez que veas un arco iris, el vuelo de una
mariposa o la salida del sol, trata de escuchar la voz de Dios.
El Señor desea comunicarse contigo no solo a través de su Palabra, sino
también por medio de la naturaleza. Cuídala, obsérvala, protégela; y
trata de aprender las lecciones que ella te puede proporcionar.
Haz de este un día de observación. Por el camino en que te diriges a tu
trabajo, a tu colegio; en el jardín de tu casa o de la universidad; en
la calle; en fin. Haz una pausa, observa lo que Dios creó, alza los ojos
al cielo, mira el cielo azul o cubierto de nubes, y pregúntate a ti
mismo: “¿Qué lecciones quiere enseñarme Dios, a través de las cosas
simples que la naturaleza me muestra?”
¡Ah!, y no te olvides: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la
expansión denuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro
día, y una noche a otra noche declara sabiduría”.
DIOS TE BENDIGA
CON AMOR
SILVINA