Que nos separa de la armonía con Dios y de Sus bendiciones
El nos amó y nos ama y nos seguirá amando, es un Dios de Amor, que no vino
a juzgarnos sino hacernos libres, en medio de nuestro pecado, el es misericordioso.
Dios es amor, pero no se contradice, el no tolera el Pecado, Pecado es Muerte,
el pecado nos separa de nuestra relacion con Dios.
JUAN 3:16
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna"
El amor de Dios es para todo el Mundo, sin excluir a nadie. Su palabra dice ...DE TAL MANERA AMO...que ha dado a su hijo unigénito en la cruz...y tengamos "vida eterna" "y abundante"
El pecado nos separa de Dios y nos priva de la vida abundante.
Quien puede alzar su mano y decir yo no peco, hasta yo peco.
La consecuencia de nuestro pecado: nos ha destituido de la Gloria De Dios. Esto es
precisamente lo que ha hecho nuestro pecado: nos ha separado de Dios y nos ha privado
de la vida abundancia que Él desea para cada uno de nosotros.
Además de proseguir asi...nos espera algo peor...
Hermanos/as, sabemos que hay remedio...!!Gracias a Dios que la hay!!!
El Señor Jesucristo, tomo mi lugar en la cruz y pagó el precio completo de nuestra salvación.
Mas su palabra dice en:
JUAN 14:6
" Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí."
Mas habiendo un camino por el cual nosotros podemos llegar a estar en comunión con Dios,
necesitamos arrepentirnos de nuestros pecados.
Es darnos media vuelta para poder caminar en la dirección opuesta, Ud. y yo andamos por el camino del pecado,
si queremos estar en comunión con nuesto Padre Todopoderoso, tenemos que dar media vuelta, tenemos
que arrepentirnos de nuestros pecados, es decir que tenemos que reconocer que andamos mal, tenemos
que declarar con nuestra boca a Dios, que estamos andando mal y que tenemos el deseo sincero de dejar de
andar mal. Reconocemos ante los ojos de Dios que somos pecadores y no justos.
La vida eterna y abundante es una dádiva que Dios nos ofrece gratuitamente en Cristo.
Es nuestra, si la recibimos a Él por FÉ , como nuestro Señor y Salvador.
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