Vuestra luz
Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras
buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Mateo 5:16.
De todas las órdenes dadas por Jesús, tal vez esta sea una de las que
confunde al ser humano. No es que no le guste brillar; al contrario,
vivimos en un mundo en que todos quedan deslumbrados por las luces. Cada
año, miles se inscriben en programas de televisión, soñando con 15
minutos de fama. Multitudes hacen largas filas en búsqueda del nuevo
celular que apareció en el mercado; se endeudan a fin de tener un
automóvil último modelo, con la intención de ser vistos.
¿Quién no desea brillar? Desdichadamente, no es de ese tipo de brillo
que habla la Biblia. El texto de hoy se refiere al carácter; a lo que
soy cuando las luces se apagan; a lo que hago cuando nadie me ve. El
carácter es el sello de la personalidad. Se manifiesta desde adentro
hacia afuera. Es el resultado algo que sucede en el interior. Se nutre
de las horas de meditación, estudio de la Biblia, y de la oración.
Observa al cielo. ¿Qué ves? ¿El sol? El astro rey fue hecho para brillar. Es fuente de calor, luz y energía.
Mira otra vez al cielo. ¿Qué ves? ¿La luna? La luna también brilla, y proporciona luz.
¿Cuál es la diferencia entre ambos? El sol brilla porque es la fuente;
la Iuna, porque refleja la luz del sol. Esta es la lección de hoy.
Si deseas brillar de verdad, necesitas comprender que eres luna, y no
sol; que tu brillo no proviene de ti sino de Dios. Cuando recibes su
luz, tu brillo es la consecuencia. De otro modo, tu vida se transforma
en una permanente desesperación por aparecer; aunque, para eso, debas
transitar caminos peligrosos. Que te conduzcan a la muerte.
No existe nada más triste que intentar brillar solo por fuera, aparentado y mostrando una faceta que solo existe en público.
Hoy. Al comenzar un nuevo día, ve a Jesús. Permite que su presencia
santifique tu vida; deja que su carácter se reproduzca en tu vida; que
tus penmientos sean los suyos y que tus acciones sean el resultado natural de tu compañerismo con él.
Búscalo de todo tu corazón, para
que “así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos"
DIOS TE BENDIGA
CON AMOR
SILVINA