TU CLAMOR ABRE PUERTAS
Hechos 10: 1-48
Cornelio era un centurión romano, que era piadoso, que oraba, que daba limosna, cuando un ángel se le presentó y le dio instrucciones de que buscara a Pedro.
Hasta ese punto, ningún gentil había recibido el derramamiento del Espíritu Santo, y además era abominación para un judío como Pedro el ir a casa de un gentil.
Pero Dios había escuchado las oraciones de Cornelio, y este centurión, que ni era judío, y que ni era del pacto, abrió la puerta para que todos los gentiles recibieran la llenura del Espíritu Santo.
Un solo hombre, o una sola mujer son suficientes para causar una revolución espiritual, para los cielos se abran y que Dios entre en escena.
A Cornelio se le dio una palabra exacta: Busca a Pedro, y él obedeció.
Al mismo tiempo, a Pedro también se le daba una revelación, y se le ordenaba que acompañara a los enviados de Cornelio, y Pedro fue obediente, aunque no entendía lo que se le mandaba.
En este tiempo Dios hará cosas que ni tú ni yo entendemos, ni El nos las hará entender antes de que sucedan, pero tu y yo tenemos que aprender a caminar en obediencia.
¿Cómo crees que vas a cambiar a tu ciudad, o a tu país? Vas a cambiarlos con obediencia.
Cornelio estaba clamando a Dios. Cuando tu y yo clamamos a Dios, estamos moviendo el telón del gran escenario de Dios.
Si bien estaba escrito en el plan de Dios el dar salvación a todos los pueblos, El necesitó a un hombre que clamó-Cornelio-, y a otro que obedeció-Pedro-.
Es tiempo de clamar, y de obedecer, y de actuar.
Pedro oía la voz de Dios, cuando le dijo “ve con ellos”, y tu y yo podemos también oír la voz de Dios., que quiere hacer una obra nueva , pero si no estás atento, no la vas a conocer!
Recuerda: fue un solo hombre contra 450 profetas de Baal el que provocó que descendiera fuego del cielo; fue un solo hombre el que con su clamor movió los cielos para que el Espíritu Santo se derramara con poder sobre los gentiles...tu puedes ser ese hombre o esa mujer que con su clamor abra los cielos y traiga la salvación de Dios sobre su país.
ORACIÓN: Padre, en esta hora yo clamo a ti para que los cielos sean abiertos sobre mi ciudad. Permíteme ser ese hombre, o mujer que revolucione a esta generación, que provoque que el fuego de tu Presencia y de tu Espíritu descienda con poder. Yo atiendo a lo que tienes que decirme, y obedezco tu palabra. En el nombre de Jesús, Amén.
GRACIA Y PAZ