Fe, amor y esperanza

"Acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de

la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de

vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor

Jesucristo", 1 tesalinicenses 1:3.

Una vez más Bernardo dejo que se marchara; en realidad

siempre la había dejado ir desde que la conocio. Siempre había

estado tan ocupado, como para inten tar conocerla. No es que

no lo hubiese querido hacer; no, no era eso. Era la vida, la

agitación propia de un mundo en el cuál quien no camina

ligero come el polvo de los que van delante.

Lo que lo dolía era que Estela no era la primera esposa que

perdía; ya era la tercera vez que fracasaba. Lo que él llamaba

amor era apenas es sentimiento romantico que seaparece con

el tiempo.

El versículo de hoy habla de la constancia (perseverancia),

como característica de la vida madura de un cristiano. Pablo

escribiendo a los tesalonicences destaca tres frutos que aparecen

en un cristiano que pasa el tiempo conociendo al Señor Jesús:

fe, amor y esperanza.

La fe que el apóstol menciona no es el asentamiento intelectual a

una doctrina, sino la experiencia que obra, que produce y se

exterioriza en acciones. Un asentamiento intelectual sin acciones

no es fe, no desde el punto de vista bíblico.

La segunda característica es el amor, no simplemente como

declaración romántica floreada de palabras bonitas, sino como un

principio que se manifiesta en dedicación, renuncia y entrega a

Dios y a los semejantes. Y finalmente la esperanza. No sólo como

el deseo que suceda algo de bueno en el futuro, sino en una

actitud constante de creer en Dios, aunque las circunstancias nos

empujen a dudar de Dios y del cumplimiento de sus promesas.

Estas características sólo aparecen en la vida de la oersona que

cada día separa tiempo para pasarlo con Jesús. Los matrimonios

de Bernardo fracasaron porque, aunque casado, no se daba

tiempo para conecer a la persona amada. Sin conocimiento, no

existe confianza; y sin confianza, no puede haber ni fe, ni amor, ni

esperanza.

Por eso no salgas hoy para los embates del día sin tomarte tiempo

para tener intimidad con Jesús. Sé como tesalonicenses, a quienes

Pablo les dijo: "Acordaos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro

de la obra de nuesra fe, del trabajo de vuestro anor y de vuestra

constancia en la esperanza de nuestro Señor Jesucristo.