Hola mis amados:
La vida es la mejor dadiva que hemos recibido de nuestro amado Salvador, Él es la vida y nos la ha regalado porque nos ama, por eso disfrutemos de cada día de nuestras existiendo manifestando en nuestros hechos y palabras que Él vive en nosotros para que los demás lo noten, la vida que es un regalo de Él es lo más especial que tenemos más la vida eterna que nos dio al recibirle en el corazón, gracias Jesús por darnos vida y vida abundante.
¡VIVE!
Nunca olvidaré aquellas lágrimas. Entre sollozos y lamentos de los deudos, el cortejo fúnebre marchaba rumbo al cementerio, destino final para la morada terrena del padre de unos amigos míos. No lo conocí en vida, pero fue inevitable compartir y sentir como propio el dolor de la familia por la inesperada muerte del ser querido. Sin dudas un momento de mucha tristeza y gran congoja.
Cada semana el transporte público me conduce por la zona en donde está situada aquella necrópolis, inmenso espacio de tierra destinado a los muertos. Y mi mente – que parece no darme tregua – no sólo me lleva a los recuerdos de aquel día, sino también a las veces que estuve allí para darle el último adiós a parientes, amigos y conocidos.
Siempre me inquieta imaginar el truncado potencial humano que yace bajo ese suelo…
…los sueños que jamás vieron la luz del día.
…los proyectos sin concluir que fueron sorprendidos por la muerte.
…los recuerdos personales que se esfumaron con el último aliento.
…los viajes que no lograron llevarse a cabo.
…los sentimientos que no fueron expresados en palabras.
…los segundos, los minutos y las horas que fueron malgastados en los pensamientos negativos.
En una oportunidad escribí un artículo acerca de la enorme atención que los seres humanos le damos al deseo de prolongar la vida. Y esto – muchas veces – a expensas de dolorosos tratamientos, costosas intervenciones y no pocos sufrimientos. ¡Queremos vivir! Y eso está muy bien...
Sin embargo, como si se tratase de un juego de extremos, gran cantidad de gente transita sus años sobre la Tierra como si la vida jamás se fuera a terminar, a veces sin reparar en lo que de veras importa.
Jesucristo dijo: -“Yo conozco tus acciones, que tienes nombre de que vives… pero estás muerto”.*
¡Valoremos nuestra existencia! ¡Hagamos lo que sabemos que debemos hacer! (tú sabrás lo que se aplica a tu situación personal). Pero sobre todo, que el “imperio” de lo urgente no nos lleve a postergar las cosas relevantes.
Entre ellas, la importancia de atender nuestra necesidad espiritual, esa que sólo se satisface conociendo y tratando personalmente a nuestro Creador.
En la ciudad de Ensenada, al sur de Buenos Aires (Argentina), leí el siguiente grafiti escrito en una pared: “Que respires… ¡no significa que estés vivo!”
CRISTIAN FRANCO
CUATRO PREGUNTAS.
Si una tendencia egoísta le está impidiendo despreocuparse de usted, examine su actitud y decídase a hacer de las necesidades de los demás una prioridad en su vida. Empiece haciéndose las siguientes preguntas diariamente, tanto al principio como al final de cada día:
A quien estoy beneficiando con mi vida?
A quien estoy ayudando que no puede devolverme el favor ayudándome?
A quien estoy levantando cuando no puede hacerlo por si solo?
A quien estoy dando animo diariamente?
Si usted va a actuar cada día con los intereses de los demás en su mente, pronto va a poder dar respuestas concretas y afirmativas a estas preguntas.
Maxwell, John C., “El Lado Positivo del Fracaso”
No cabe duda que, junto a una nueva oportunidad que el Señor nos conceda de comenzar de nuevo, es menester que revisemos y evaluemos lo que ya hemos recorrido para hacer las correcciones necesarias.
Alguien dijo una vez que el ser humano parece ser la única criatura en el planeta que sigue repitiendo la misma conducta esperando resultados distintos cada vez… lo que obviamente no suele ser el caso. Por qué no, más bien, aprender de los errores que hemos cometido no solo nosotros sino quienes nos rodean? Por qué no sacarles provecho para el futuro?
Las cuatro preguntas del pensamiento de hoy bien pudiesen servirnos de guía para ajustar nuestros planes personales hacia lo que bien pudiera ser el mejor de nuestros años sobre la Tierra. Adelante y que Dios les continúe bendiciendo.
Que interesantes estas preguntas, que nos las hagamos cada día para saber si nuestra existencia ha dado frutos al servir a los demás, a quien lo necesite y no nos puede devolver el favor, al amar sin medida y sin acepción de personas, es así como vivió nuestro amado Jesús y a quien debemos imitar.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA