Hola mis amados:
Como vemos en los mercados, almacenes y donde vamos a adquirir un producto hay siempre instrucciones para que sepamos cómo usarlo, así también ha hecho el Señor con el hombre, nos ha dejado Su Palabra para que sigamos los estatutos que Él nos ha delegado para que vivamos por El, con El y para El, por tanto no dejes de leer, practicar y enseñar a otros lo que has aprendido.
SIGUE LAS INSTRUCCIONES
Después que una mujer entabló una demanda a un restaurante de comidas rápidas por haberse quemado con un café, las compañías comenzaron a cambiar sus manuales y etiquetas de advertencia. Fíjate en las siguientes instrucciones:
En una cena congelada: Descongelar antes de comer.
En una plancha: ¡Cuidado! No planche la ropa sobre su cuerpo.
En un frasco de mantequilla de cacahuate: Puede contener cacahuates.
En la tapa de la leche: Después de abrirla, manténgala derecha.
Si algunas personas necesitan estas obvias directrices en los artículos para el hogar, imagínate cuánto más necesitamos la guía de Dios. El Salmo 119 habla de la importancia de su manual de instrucción: la Biblia. En las páginas de las Escrituras encontramos lo que Dios quiere que creamos, seamos y hagamos.
"Cree en el Señor Jesús, y serás salvo. . ." (Hechos 16:31).
"Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo" (Efesios 4:32).
"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15).
Pídele al Señor que te enseñe sus estatutos y dirija tus pasos según su Palabra (Salmo 119:133,135). Luego léelo con frecuencia y sigue las instrucciones.
EL CAMPO DE BATALLA DE LA MENTE
Por: Joyce Meyer
Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. (2 Corintios 10:5)
Según 2 Corintios 10.3-5, la mente es el campo de batalla. Estamos en una guerra espiritual que debemos pelear con armas espirituales. Usando estas armas, refutamos las mentiras del enemigo, los argumentos, las teorías, los razonamientos y cualquier otra cosa que trate de exaltarse en contra de la verdad de la Palabra de Dios. Tenemos que llevar nuestros pensamientos cautivos y no permitirnos el lujo de recibir y meditar acerca de cualquier pensamiento que nos llega a la cabeza. Tenemos que disciplinarnos para "pensar acerca de lo que estamos pensando". Esto requiere de ejercicio y práctica. El arma principal que usamos para la guerra es la palabra de Dios aplicada en varias maneras: predicada, ensenada, cantada, confesada, meditada, escrita, y leída. La Palabra de Dios tiene un efecto purificador en nuestras mentes en todas las formas en que la usamos. Antes tenía una mente negativa, vagando y cuestionando. Ahora, después de muchos años de poner en practica la Palabra, y con la ayuda del Espíritu Santo puedo decir con confianza "Tengo la mente de Cristo (1 Corintios 2.16).
Tú puedes ganar la batalla en tu mente, cada fortaleza puede ser destruida y cada decepción puede ser revelada. No aceptes menos que la libertad total!
Ora asi:
"Gracias, Señor, por Tu Palabra que renueva mi mente y me libera! Tengo la mente de Cristo! En el nombre de Jesús, Amen!"
Que bendición que la Palabra de Dios tiene poder para renovar nuestra mente, porque si no fuera así seria en vano nuestra existencia, saber que tenemos la mente de Cristo es algo maravilloso y por ende vemos que nos libera de lo que el mundo desea que pensemos para que actuemos de esa forma, entonces avancemos en fe sabiendo que nos dirige para tener una vida victoriosa.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA