Hola mis amados:
Debemos recordar siempre dar las gracias cuando recibimos algo, así sea pequeño o grande, pero el ser agradecidos es algo que se ha ido perdiendo últimamente, como vivimos con afanes y estresados pasamos por alto este gesto que es valioso y si lo hacemos con las personas frecuentemente, donde quedan las gracias a nuestro Buen Dios, porque de El viene toda dadiva y don perfecto, por eso reconocer que de Sus manos hemos recibido lo que tenemos, en este mensaje nos lo dejan muy claro y El espera que cada día seamos agradecidos.
QUIEN RECIBE LAS GRACIAS?
Según un artículo de una revista norteamericana, una mujer residente de Costa Mesa, California, encontró un pequeño paquete en el escalón de la puerta que contenía las llaves de un auto y una nota que decía: "Este regalo es para ti porque te amo." Además incluía un versículo de la Escritura y estaba firmada: "Un ángel del Señor". En la entrada de su casa había un auto último modelo, justo lo que necesitaba para reemplazar su auto ya viejo, el cual funcionaba mal.
La mujer estaba tan agradecida que colgó un cartel en la puerta de su garaje que decía: "GRACIAS DIOS." Un niño vecino le preguntó: "¿Dejó caer Dios el auto desde el cielo?" La revista no informó cuál fue su respuesta, pero seguramente que ella no creía que el auto había caído del cielo. Ella simplemente deseaba comunicar su agradecimiento a su amigo anónimo, quien a lo mejor pasaba por allí. Pero su cartel también estaba haciendo una importante declaración: toda buena dádiva viene finalmente de Dios.
David reconoció esta verdad cuando él y su pueblo celebraban las enormes ofrendas que se habían dado para la construcción del templo. Ellos pudieron haberse dado palmaditas de felicitación en las espaldas e intercambiar mutuas alabanzas por la generosidad del otro. Pero no lo hicieron así. David mostró sabiduría y madurez como líder de Israel al agradecerle a Dios todas sus bendiciones. Él sabía que cuando un regalo viene de manos humanas, es el Señor quien merece la alabanza.
1 Crónicas 29:12. Las riquezas y la gloria proceden de Ti, y Tú dominas sobre todo....
UNA PERSONA COMUN Y CORRIENTE
Leer | Mateo 4.18-20
El apóstol Pablo fue una persona común y corriente que vivió en un tiempo extraordinario. La suya fue la generación en la que Jesús vivió en la tierra, y en la que murió para salvar a la humanidad.
Pedro (llamado originalmente Simón) conoció al Señor por medio de su hermano Andrés (Jn 1.40-42). Cuando Jesús lo invito a convertirse en su discípulo, inmediatamente dejo su oficio de pescador para ponerse bajo la autoridad de Cristo (Mt 4.20). Se volvió un apasionado seguidor, que demostró siempre el anhelo de estar cerca del Salvador, y en medio de cualquier circunstancia.
Ya se tratara de ir hacia Jesús caminando sobre el agua durante una tormenta (Mt 14.27-29), o de hablar con Él durante su transfiguración (Mt 17.1-5), Pedro estaba consagrado al servicio de su Maestro. Al comienzo, el antiguo pescador se apresuraba a hablar y a actuar, y esta impulsividad le creo problemas. Por ejemplo, cuando Jesús estaba hablando de su sufrimiento y muerte inminentes, Pedro no estuvo de acuerdo, como si supiera más que el Señor. La reprimenda de Cristo fue inmediata y directa (Mt 16.21.23). El apóstol aprendió de sus errores, y recibió después una gran responsabilidad. Pedro es un buen ejemplo de cómo debemos renunciar a nuestros deseos personales, respondiendo sin reservas a la dirección de Jesús, y andando íntimamente con El (Mr 8.34).
El Señor escoge a personas comunes y corrientes, como Pedro, y como usted y yo, para edificar su reino. El pide a sus seguidores que lo amen más que a todas las cosas, y que se consagren por completo a obedecerlo. Si lo hacemos, El podrá hacer más cosas a través de nosotros, de lo que jamás pudiéramos imaginar.
Demos gracias al Señor porque nos ha escogido, somos del común y eso es lo que permite que Él se Glorifique, que nosotros somos seamos los instrumentos para El mostrar Su grandeza y poder, que no nos resistamos a este llamado de ser esos vasos que El llena con Su presencia y nos usa con un propósito santo y divino, que bendición saber que Él cuenta con nosotros y que solo espera disposición del corazón.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA