Cuidado
"Por lo tanto, estén atentos cuiden a toda la congregación en la cual el Espíritu Santo los ha puesto como pastores, para que cuiden la iglesia de Dios que El compró con Su sangre." Hechos 20:26 "
Pablo se estaba despidiendo de sus amigos y sabía que no volvería a verlos. Y pensando en esto, les quiere dejar sus últimos consejos. Entre ellos, les deja esta recomendación.
Pablo sabía que iban a venir días difíciles, que la iglesia iba a sufrir. Primero la persecución, después la indiferencia, y después el hielo del corazón. Sabía que los días futuros iban a ser negros. Que se iba a acabar la pasión cristiana, para convertirse en rutina dominguera. Pablo sabia que se iba a perder el amor, para cumplir con ritos y formalidades religiosas.
Sabia que el tiempo todo lo destruye, y por eso les aconseja a sus amigos pastores, que tengan mucho cuidado. Es fundamental reflotar este principio eterno que dijo Pablo en la costa del mar. Es necesario volver a cuidar a la Iglesia de Dios.
Porque la iglesia somos nosotros, personas que nos juntamos en un templo. Personas distintas, con distinta educación, con distintos objetivos, con distintas ideas, con distintos métodos, que debemos manejarnos en unidad.
Y es muy difícil dejar siempre a todos contentos. En todo grupo humano hay fricción y Pablo estaba preocupado por cuidar esto en la iglesia. Que la fricción no rompa las relaciones personales.
Es cierto que es responsabilidad de los pastores, cuidar al rebaño. Pero también es cierto que es responsabilidad de cada uno de nosotros aportar nuestro grano de arena. La tarea es mucha y variada. Y es necesario tener cuidado en lo que decimos, o hacemos, para no lastimar a nadie.
La razón para cuidar a la Iglesia de Dios, es el valor que tiene para Dios. Tu salvación y la mía, le costo la sangre a Jesucristo. Nuestro precio fue la muerte de Jesús, por eso valemos tanto. Y por eso es necesario cuidar tanto a los que componemos la Iglesia.
Nadie dejaría a "La Mona Lisa" tirada en un charco de barro, ni prendería el fuego para el asado con billetes de 100 dólares. Cuidaríamos cada una de estas cosas con extremo cuidado, porque entendemos su valor.
La Iglesia, los hermanos a los que ves cada fin de semana, valen mucho mas que eso. Valen la sangre de Cristo.
Cuida las cosas según el valor que tienen.
Un gran abrazo y bendiciones