Hola mis amados:
Esto te debe quedar muy claro, el hecho de que hayas nacido, de que no fuiste abortado y que estas aún con vida, es que Dios te ha enviado a este mundo para ser bendición donde quiera que te encuentres, haciendo lo que haces, El desea que tus palabras sean agradables, que ayudes a quien lo necesite y que sirvas a todos como si lo estuvieras haciendo para El, tendrás tu recompensa porque el Señor que te ve y conoce todo lo tuyo, está atento para respaldarte y guiarte a lo que Él ha determinado para ti.
TÚ NACISTE PARA SER BENDICIÓN
Dios nos creó para ser de bendición, tú naciste para ser de bendición. A veces pensamos en los grandes sueños que teníamos. ¡Anhelábamos servir a Dios, ayudar a los necesitados, en definitiva queríamos cambiar el mundo! O quizás aún tenemos estos sueños y fue Dios quien los puso en nuestros corazones. Pero el problema es que muchas veces la lógica nos condena. El sentido común nos atraviesa como una daga.
Y este problema tiene la raíz en que nos desenfocamos, en algún momento, quizás sin darnos cuenta, en vez de estar mirando a nuestro Todopoderoso Dios comenzamos a mirar a nuestro alrededor, y ¿qué es lo que vemos? Lo que vemos es que no podemos, que tenemos muchas cosas que solucionar primero, que tenemos nuestro corazón roto, que no tenemos recursos o incluso pensamos que somos muy pecadores como para llevar luz a otro lugar.
Yo te quiero decir que fuera de todas esas adversidades tu vida tiene sentido. Hay mucha gente que está necesitando tu ayuda. Quizás tú no puedas cambiar tus circunstancias, pero sí puedes cambiar las circunstancias de alguien más.
Autor Desconocido
LOS CELOS EN EL MATRIMONIO.
Los celos son una manifestación de inmadurez, inseguridad y egoísmo!
Los celos son producidos por una actitud de sospecha permanente hacia el cónyuge. Se le conoce como el vicio de la “posesión” Podríamos definirlo como un estado emotivo ansioso que padece una persona y que se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder lo que se posee-tiene. En el ámbito sentimental, es la desconfianza y sospecha permanentes en el otro que tiñen, y perjudican gravemente, la relación con la persona amada. La mayoría entendemos por celos ese confuso, paralizador y obsesivo sentimiento causado por el temor de que la persona depositaria de nuestro amor prefiera a otra en lugar de a nosotros.
Normalmente, quienes padecen preferentemente estos ataques de celos son personas muy centradas en sí mismas, En muchas situaciones de celos hay, más que amor o miedo a la soledad, otras causas: sentimientos de posesión del otro, de necesidad de controlarle, de inseguridad en uno mismo, de envidia hacia la mayor riqueza de la vida emocional del otro… etc.
Todos los seres humanos tenemos algún tipo de celo, pero aquí estamos hablando de esos celos que exceden la normalidad y ponen a la pareja en una posición de ofensa y conflicto. Este tipo de celos enfermizos, son frecuentemente consecuencia de una ausencia de identidad y de debilidad espiritual, que estimula las debilidades emocionales o carnales de las personas.
1 Corintios 3:3 porque aún sois carnales. En efecto, habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres?
Gálatas 5:19-21 (Reina-Valera 1995) Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Cuando en una pareja surge el miedo a la separación, éste se manifiesta en forma de celos, de persecución al cónyuge en su hipotética infidelidad, controlándole y pretendiendo obligarle a que sea fiel. Cuanto más persigue a su pareja con celos, tanto más se siente impulsado el perseguido o perseguida a demostrar su autonomía, esforzándose en alejarse y no dejarse obligar. Y cuanto más lo hace, tanto más busca el celoso o celosa reclamarle como posesión propia y secuestrar su libertad de movimientos y de sentimientos.
El celoso exige entonces a su pareja la descripción pormenorizada de su supuesta aventura y en su mente se mezclan el miedo al ridículo, a estar en boca de todos, el sentir con dolor que la otra persona vale más, la pérdida de autoestima, un deseo morboso de información (circunstancias de la otra relación, quién es, dónde se ven, desde cuándo…..), un desmedido afán de control, un sentimiento de posesión exacerbado, la agresividad para con uno mismo… Vive la situación como si de una tortura se tratara e incluso con deseos de venganza, que van desde el encerrarse en el silencio hasta el drama que con tanta frecuencia describen las secciones de sucesos de los medios de comunicación.
SANTIAGO 3:15:17 No es esta la sabiduría que desciende de lo alto, sino que es terrenal, animal, diabólica, pues donde hay celos y rivalidad, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
Para vencer esa sensación de celos enfermizos, es imperativo, estrictamente necesario, fortalecer la vida espiritual, mediante una mayor exposición a la palabra de Dios, asistiendo a los servicios a la Iglesia, buscando apoyo profesional espiritual, asistiendo a eventos para matrimonios y tomando la decisión de trabajar con su problema de inmediato.
El cónyuge objeto de los celos del otro (a), puede ayudar, evitando toda forma posible de alimentar los celos de su cónyuge, afirmándolo (a) en amor y orando y bendiciéndole constantemente, ayudándole a buscar consejería para sanar esa “enfermedad” de los celos.
Si has sufrido o sufre de “celos”, pídele perdón a Dios primero y luego a tu cónyuge. Toma el valor para reconocer que has ofendido a tu cónyuge con celos excesivos, aun cuando haya habido alguna razón para ellos. Toma la decisión de perdonar a tu cónyuge. Toma la decisión de no juzgarle, de no criticarle, de no maltratarle en modo alguno.
Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!
Luis y Hannia Hernandez
Después de haber leído este artículo, espero que deseches los celos de tu vida, que no permitas que vuelvan a serte presa de ellos y que confíes mas en tu pareja, la alientes, le asistas y le brindes lo mejor de ti, esa relación fundamentada en el amor, la constancia, sinceridad y fidelidad, darán los mejores frutos, no dejes que se infeste de este mal que ha dividido tantos matrimonios, que el tuyo permanezca firme y seguro en Jesús.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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