Hola mis amados:
Hay un refrán popular que dice que quien espera desespera, a veces nos toma esto por tanto aguardar algo que se anhela y no se ha llevado a cabo, pero si esperamos en el Señor, con seguridad en Su tiempo Él nos responderá, nos ayudara o bendecirá con aquello que tiene preparado para nosotros, nadie nos ama como El y por ende sabe lo que nos ha de convenir, y si no recibimos algo es porque nos haría daño, nos apartaríamos de Su presencia y es mejor seguir dependiendo absolutamente de El que permanece a nuestro lado como el mejor Amigo.
EN EL ESPERARE
Lamentaciones 3: 22-24 “Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es el Señor, dijo mi alma; por tanto, en El esperaré”.
Sin duda algo que tenemos que reconocer todos es que por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, puesto que si por nuestras obras fuéramos juzgados automáticamente creo que ningún de nosotros tuviera vida aun, pero Dios que es grande en misericordia, permite que se renueven cada mañana, pues grande es Su Fidelidad.
Claro está que este año tenemos que proponernos llevar una vida más santa y apegada a Su Palabra, pues esa es la voluntad perfecta de Dios para con nosotros, pero hay unas palabras que me son muy útiles en estos versículos para aplicarlas a mi vida para tratar de vivir conforme a la voluntad de Dios y son estas: “Mi porción es el Señor, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré” (v. 24)
Creo que al igual que el escritor de Lamentaciones nuestra alma tiene que reconocer que nuestra porción es el Señor y por lo tanto tenemos que esperar en El. Esperar en El significa depositar mi confianza plena en El, no tener tan siquiera una pizca de duda, depender ciegamente de Él.
Personalmente creo que nosotros nos llenamos de amarguras, tristezas, enojos y todo lo negativo que nuestra alma pueda cargar, porque simplemente no queremos entender la Palabra de Dios, ¿Imagínate? Aun cuando no esperamos en El, Sus misericordias son nuevas cada mañana, entonces ¿Qué pasaría si comenzáramos a esperar totalmente en El?, sin duda nuestra vida fuera una total bendición.
No conozco persona alguna a la cual Dios le haya fallado, si esta persona ha esperado y confiado totalmente El. Personalmente puedo dar testimonio que Dios jamás me ha defraudado cuando he depositado totalmente mi confianza en El.
Hay momentos en los cuales creemos que Dios no ha estado ahí, pero lo que tenemos que entender es que hay una gran cantidad de cosas que no son la voluntad de Dios, pero nuestra voluntad humana quiere que si sea también la voluntad de Dios, cosa que por más que lloremos u oremos jamás podremos cambiar.
Si por algo existe la misericordia de Dios, es porque quiere perdonarnos de todos nuestros errores, pero más allá de cometer muchos errores, tenemos que disponer nuestro corazón y todo nuestro ser a una sola cosa, y esto es: “a esperar en Él”.
Amigo mío, te invito a que puedas aprender a esperar en El, puesto que si lo logras comenzaras a ver las bendiciones abundantes que Dios tiene preparadas para todos aquellos que hacen Su voluntad.
UN ESCLAVO DE CRISTO
Téngannos los hombres por servidores de Cristo. (1 Corintios 4:1)
El apóstol Pablo era un “siervo” de Cristo. Era una función que escogió por amor, no por temor.
Había tal vez millones de esclavos en el Imperio Romano. En su mayor parte, no se les trataba como a personas, sino como objetos. Si un amo quería matar a un esclavo, podía hacerlo sin temor al castigo. Aunque era un vocablo negativo para los romanos, la palabra esclavo significaba dignidad, honor y respeto para los hebreos, y los griegos lo consideraban un término de humildad. Como siervo de Cristo, por tanto, Pablo paradójicamente se considera exaltado y envilecido. Esa es la ambivalencia que afrontará todo representante de Jesucristo.
Cuando pienso en el honor que se me ha dado de predicar el evangelio de Jesucristo, me siento a veces abrumado. No hay más alto llamamiento en la vida que proclamar el evangelio desde el púlpito y poder enseñar la Palabra de Dios bajo el poder del Espíritu Santo. Pero hay también una paradoja que exige que un ministro de Cristo comprenda que no merece servir. Debe tener la debida perspectiva de ser un esclavo indigno que tiene el privilegio incomprensible de proclamar el evangelio.
Cuando somos hijos de Dios por la Salvación recibida por el Cordero Santo, este amor nos constriñe de tal forma que nos rendimos completamente ante el Santo de Israel, nos entregamos para que El obre en nosotros y a través de nosotros, esto entonces nos convierte en Sus vasos, instrumentos y nos usa en la forma que Él ha preparado para proclamar las Buenas Nuevas de Salvación a miles que están perdidos sin la Luz de Cristo, que no cesemos de pregonar la Vida Eterna para que Él se complazca.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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