Es muy interesante ese mensaje donde nos aclaran lo que en verdad es la mente, las emociones y la voluntad, el papel que juegan en todo lo que nos corresponde, porque dependen la una de la otra y si hay armonía pues todo sale bien, pero si no la hay, surge entonces problemas, por tanto aprendamos y apliquemos lo que acá nos dicen para que mantengamos un equilibrio y así entonces poder tener una vida maravillosa y además sabiendo que agradamos al Señor.
FORTALECE TU VOLUNTAD Y SE VALIENTE.
Dios nos ha dotado de un cuerpo, alma y espíritu. El alma está compuesta por la mente, las emociones y la voluntad. La mente se alimenta de las ideas, el conocimiento para desarrollar la inteligencia. Las emociones pueden ser positivas o negativas, desde una simple sorpresa hasta la ira, de felicidad o de odio, miedo o valentía. En tanto que la voluntad juega un papel sumamente importante, su participación determinará nuestro éxito o nuestro fracaso en la vida.
Fortalecer la voluntad requiere de determinación, perseverancia, no darse por vencido. Exigirse a sí mismo aquello que se ha propuesto realizar. El levantarse a cierta hora por la mañana, o cumplir una meta, realizar una carrera profesional, leer un libro completo. Seguir rigurosamente un régimen alimenticio. Retirarse de determinadas compañías que no edifican. Proponerse a incorporar nuevo vocabulario a su léxico. Cambiar de hábitos. Realizar ejercicio. Etc.
Cuando la mente, las emociones y la voluntad trabajan juntas, forman un equipo poderoso. Ya que la mente sugiere, la emoción anima y la voluntad empuja. Si la mente sugiere estudiar con ahínco, la emoción acelera la adrenalina, en tanto que la voluntad se encarga de impulsar los motores. Caso contrario; la mente sugiere estudiar, la emoción dice ¡!si!! Pero la voluntad contesta “mañana”. La voluntad no fortalecida puede ser lo suficientemente persuasiva para retirarte de tu propósito.
No en balde la Palabra de Dios nos demanda fortalecer la voluntad, porque será la que nos ayude a vencer en los momentos de debilidad.
“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, nos da claro ejemplo de la urgente necesidad de perseverar en el ejercicio del músculo de la voluntad.
Una vez desarrollado se verá fortalecido, lo cual producirá sintomáticamente valentía al saberse “equipado”.
Eclesiastés. 2.2. Fortalece tu voluntad y sé valiente, para no acobardarte cuando llegue la calamidad.
Psic. Patricia Villanueva
“VIDA DE ÉXITO EN SU PALABRA”
LA APARIENCIA EN EL MATRIMONIO.
Hay muchos matrimonios que simplemente están guardando apariencias, pero……!
Hemos recibido gran cantidad de matrimonios en los últimos tiempos buscando consejería y quejándose de que ya no aguantan seguir viviendo de apariencias en el Matrimonio.
La causa principal por la cual muchos matrimonios ocultan su verdadera situación es porque temen que se les juzgue, o se les critique si les toca hablar de su situación con otras personas.
Lamentablemente el evitar confrontar las situaciones, va carcomiendo lentamente las relaciones y generalmente terminan explotando sus emociones y lastimándose mutuamente.
2 Corintios 1:12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.
Las apariencias son fachadas falsas que encubren un carácter débil y una personalidad insegura. El hombre y la mujer que tienen una identidad bien definida como hijos de Dios, tienen el carácter de Cristo y no temen que les conozcan sus debilidades. Antes bien les agradecen a quienes les ayudan a discernir esas áreas débiles para poder cambiar con la fuerza del Señor. Tienen suficiente fuerza y humildad para reconocer sus errores y disponerse a cambiar con la sabiduría y la revelación del Señor.
Guardar el testimonio no es poner fachadas hipócritas. Guardar el testimonio es vivir en obediencia al Señor y reconocer públicamente cuando nos equivocamos, pedir perdón y restituir a la persona que lastimamos. Guardar el testimonio no es aparentar como que nunca fallamos y que nadie conozca nuestras fallas; eso es hipocresía y Jesucristo rechazó fuertemente a quienes practicaban esas apariencias religiosas falsas.
Evitar las apariencias y la hipocresía en el Matrimonio, no significa que entonces tenemos que terminar con la relación, o que ahora le vamos a gritar las cuatro verdades al cónyuge en la cara. No. Evitar las apariencias y la hipocresía significa tomar la decisión de ser transparentes, de expresar los sentimientos con respeto y amor y reconocer que se necesita ayuda y buscarla con humildad con sus líderes espirituales. Significa reconocer que no se ha sido capaz de manejar las situaciones por si solos y necesitan la ayuda de Dios a-través de un Ministro suyo.
Lucha contra la falsedad, la hipocresía y las apariencias. Toma la decisión, y Dios te ayudará.
Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO! Luis Y Hannia Fernandez.
En todo matrimonio hay problemas y dificultades, eso hay que tenerlo claro, pero no debemos es poner fachadas porque nos llevara entonces a vivir una mentira enorme y los afectados serán los propios conyuges, por esa razón cuando surja el problema, es ahí cuando debemos buscar asesoría, sobre todo espiritual que son consejos a la luz de la Palabra de Dios y que esta es la que nos sirve de guía para poder tolerar, perdonar, aceptar y amar a pesar de todo, de nosotros depende que los matrimonios sigan en bendición.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA