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General: Nicolas de Tolentino, Santo
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: XxX*: EtheL :*XxX  (Mensaje original) Enviado: 10/09/2009 21:24

Nicolás de Tolentino, Santo
Septiembre 10
Patrono de las almas del purgatorio

San Nicolás de Tolentino nació en Castel Sant´ Angelo, el actual Sant´ Angelo in Pontano, en 1245, y murió en Tolentino el 10 de septiembre de 1305.
Fray Pedro de Monte Rubiano, su biógrafo, nos cuenta que su vida estuvo entretejida de singularísimas experiencias místicas y de hechos prodigiosos, confirmados en el proceso de canonización, que se abrió a los veinte años de su muerte y concluyó en 1446. En ese proceso fueron declarados auténticos 301 milagros.
A San Nicolás de Tolentino lo invocan los que sufren injusticias, o están en peligro de perder la vida o la libertad, y también se lo invoca como protector de la maternidad y la infancia, de las almas del purgatorio, de la buena muerte, y hasta contra los incendios y las epidemias.
Fue asceta, austero pero no excéntrico, riguroso consigo mismo, pero dulce y atento con todos. En 1256 entró donde los agustinos y se ordenó en 1269 en Cingoli; durante seis años peregrinó por varias ciudades y después fijó su residencia en Tolentino en donde ejerció su apostolado sobre todo en el confesionario. Su santificación personal maduró en la sombra, haciendo fructificar los recursos espirituales que le brindaba la vida religiosa: la obediencia incondicional, el absoluto desapego de los bienes terrenales y la profunda modestia. Así se santificó, y al final de su vida pudo exclamar: “Veo a mi Señor Jesucristo, a su Madre y a San Agustín que me dicen: Muy bien, siervo bueno y fiel”.
Aunque no se notaba exteriormente la penitencia a la que se sometía, sabemos por el testimonio de sus cohermanos que cuatro días a la semana su alimento consistía en sólo pan y agua, y los otros tres días no tocaba alimentos sustanciosos como carne, huevos, o fruta. No dormía sino tres o cuatro horas y el resto lo dedicaba a la oración.
Después de largas horas que pasaba en el confesionario, se dedicaba a visitar a los pobres, a los que les llevaba, con el permiso de sus superiores, ayudas materiales en los casos más urgentes. Los prodigios que hizo en vida y sobre todo después de la muerte tenían la finalidad de aliviar las miseries humanas.
Cuarenta años después de su muerte, fue encontrado su cuerpo incorrupto. En esa ocasión se le quitaron los brazos y de la herida salió bastante sangre. De esos brazos, conservados en relicarios de plata desde el siglo XV, ha salido periódicamente mucha sangre. Esto contribuyó a la difusión de su culto en toda Europa y en América.


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De: LaDraCaroline Enviado: 12/09/2009 16:20
Pafnucio, Santo
Obispo de Tebaida, 11 de septiembre
 
Pafnucio, Santo
Obispo de Tebaida
Martirologio Romano: Conmemoración de san Pafnucio, obispo en Egipto, que fue uno de aquellos confesores que, en tiempo del emperador Galerio Maximino, habiéndoles sacado el ojo derecho y desjarretado la pantorrilla izquierda, fueron condenados a las minas, y después, asistiendo al Concilio de Nicea, luchó denodadamente por la fe católica contra el arrianismo (s. IV).
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.

Fue uno de los anacoretas de su época. Vivía de las verduras que daba la tierra, agua, un poco de sal y poco más. Compartía consigo mismo la soledad del desierto. La oración y la penitencia eran su principal modo de emplear el tiempo. A su cueva acudían las gentes a recibir consejo, escuchar lo que aprendía del Espíritu con sus rezos y a contrastar la vida con el estilo del Evangelio.
Se vió obligado a dejar la soledad contra su gusto porque fue nombrado obispo de Tebaida. Por defender a Cristo sufrió persecución, le amputaron una pierna y le vaciaron un ojo cuya órbita desocupada, según cuenta la historia, gustaba besar con respeto y veneración el convertido emperador Constantino.
Estuvo presente en el Concilio de Nicea, donde se defendió la divinidad de Cristo y se condenó el arrianismo.
En esa ocasión, al tratarse otros temas de Iglesia, tuvo el obispo Pafnucio la ocasión de dar muestras de profunda humanidad. El hombre que venia del más duro rigor del desierto y podía exhibir en su cuerpo la marca de la persecución se mostró con un talante más amplio, abierto, moderado y transigente que los padres que no conocían la dureza de la Tebaida ni los horrores de la amenaza, ni la vejación.
Numerosos padres conciliares pretendieron imponer que los obispos, presbíteros y diáconos casados dejaran a sus esposas para ejercer el ministerio. El obispo curtido en la dura ascesis anacoreta se opuso a tal determinación haciendo que se fuera respetuoso con la disciplina de la época: autorizar el ejercicio del Orden Sacerdotal a los ya casados y no permitir casarse después de la Ordenación.


 
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