Armando un estudiante universitario muy inteligente, muy brillante, con
altas notas, tiene muchos amigos, y se la lleva bien socialmente. Solamente su
familia se daba cuenta como luchaba con su cutis. Tan pronto como se daba cuenta
de una imperfección en su rostro, se sentía obligado a rascarlo. Su cutis
realmente no se veía tan mal, pero tenía unas pocas espinillas y protuberancias.
Él se las apretaba y rascaba por largos períodos de tiempo y se sentía
satisfecho solamente cuando "él conseguía sacar algo". Él empezó a hacerlo
parado frente al espejo de su baño, tocando su rostro solo para ver si había
alguna protuberancia por ahí. Tan pronto como encontraba alguna clase de
imperfección, subía más alto la luz de su baño, se sentaba en el fregadero para
estar más cerca y verlo mejor, y empezar a rascarlos con sus uñas. Después de
unos minutos, él con

tinuará con unas pinzitas, o aún más con agujas o con alfileres para
limpiar el área. Su rascado lo hacía con la intención de mejorar su apariencia,
pero después de este episodio él usualmente se sentía terriblemente mal. Pensaba
que realmente había "cometido un total desastre" y se arrepentía de haberse
tocado su rostro en primer lugar. Después él trataba de reparar su cutis
aplicando lociones. A veces se sentía tan mal de haber dañado su rostro que solo
se retiraba de su casa sino se había aplicado un corrector en su cara. Otras
veces se sentía tan avergonzado que no podía salir de su casa para nada.
Si tienes un problema similar, entonces aprietas y rascas tu cutis hasta
que está rojo e inflamado. No solo te has de rascar tu cara sino también en tu
espalda o brazos. Antes de salir de casa es probable que te rasques tu cutis,
cuando piensas que tienes un granito, o cada noche antes de irte a dormir. Miren
los rituales de rascarse la piel son distintos a los normales en que uno se mira
si tiene un granito y lo trata de arreglar y ya; en cambio los rituales de
rascarse consumen mucho tiempo y además de eso causan daño al tejido. Algo
similar es el asunto ese de halarse los pelos o sacarse los vellos con pinzas.
Buscas o escudriñas vellos en tu cara o vellos en tu cuello para halarlos, una y
otra vez, cientos de veces al día, y aún no sentir lo que has hecho. El exceso
en apretarte o rascarte el cutis, sacarte con pinzas el cabello o (cortar el
cabello) generalmente responde bien al control de estímulo, restringiendo los
rituales, respuestas competitivas y posponiendo las compulsiones.

Veamos lo que hizo Omar para poner en control sus rituales
de rascarse la cara.
Omar me comentaba que un pensamiento típico de
él cuando se miraba un granito en la cara era "tengo que apretarlo para que se
arregle". El pensamiento alternativo que escogió para prepararse a confrontar
este pensamiento fue "Esto no es cierto. Nada malo me va a pasar si dejo en paz
mi cutis. Pero si lo rasco lo dañaré y me sentiré culpable y avergonzado
después."Un típico pensamiento que Omar tenía después de un episodio de rascarse
su cutis era "¡Si salgo afuera después de haberme apretado el cutis todo mundo
verá lo que he hecho!" Por eso preparó un pensamiento alternativo ¡Y queeeee!
"Las otras personas tampoco tienen un cutis perfecto, y ellos salen y se
divierten!"
Cuando Omar vino a verme, se rascaba su cutis dos o tres veces promedio
al día -en la mañana antes de dejar la casa algunas veces en la escuela en el
baño, y por la noche antes de irse a dormir. Los episodios por la mañana duraban
de 10-15 minutos; los episodios en la escuela duraban 5 minutos y los episodios
en la noche duraban de 25-40 minutos.Los fines de semana, sin embargo, antes de
salir a encontrarse con sus amigos, el rascado de Omar duraba como una hora y
era bastante estresante.
Aunque Omar le era muy difícil y odiaba estos rituales los fines de semana,
se le hacía muy difícil trabajar en ellos como primera estrategia. Pero sin
embargo, podría disminuir sus rituales durante la semana. Así que decidió 1)
Disminuir los episodios de rascado por la mañana por tan solo 7 minutos; 2)
Detener por completo el rascado en la escuela, 3) reducir el rascado por la
noche a 15 min y 4) completamente dejarse de evitar salir de casa después de
rascarse la cara, eso ocurría durante el curso de la semana.
>Omar
tuvo éxito trabajando en sus rituales. Por las mañanas su plan original era de
utilizar 7 minutos en rascarse, pero terminó utilizando una respuesta
competitiva -él hizo un puño- y mantuvo posponiendo su ritual a 5 minutos.
Eventualmente fue a la escuela sin rascarse para nada la cara. Pudo así de un
tiro dejar el ritual de la escuela. Y el ritual por la noche era muy difícil de
controlar. El trataba de evitar ir al baño. También pego mensajitos en su espejo
del baño que decían "¡Rascarme hará que las cosas se pongan peor! "¡Detente que
puedo resistir!". No prendía las luces del baño y no se sentaba en el lavabo.
Tiro al basurero las pinzas
El ejemplo que les puse de Omar es un testimonio que con las debidas
estrategias combinadas se pueden reducir los rituales y salir éxitosamente de
esta condición.
Su amiga,
DraCaroline