Ayer domingo por la noche me quedé leyendo los mensajes que he recibido de muchos países y de muchas personas, madres, jóvenes, adolescentes que me han contado con muchísima tristeza lo que les aconteció cuando eran apenas unos niños. Gracias por la confianza, he sentido el dolor de cada uno de ellos y eso me alienta a seguir con este tema. Ningún tema ha originado tanta cantidad de mensajes solicitando ayuda. Dios me los bendiga y sane a todos. En efecto hay muchísima ayuda. Sigan leyendo los mensajes que vamos de poco a poco vayan integrando cada uno de ellos y pasenlos a personas que sepan que necesitan ayuda.

Los niños que son abusados sexualmente se les cuentan que cantidad de mentiras. Son atrapados con las mentiras del abusador, quién quiere convencer a los niños de que no es nada malo tener sexo entre un adulto y un niño, que es una buena manera de aprender lo que es el sexo (estúpidos!!), y que es una manera muy normal para un adulto de demostrar afecto y amor. Las víctimas también se ven atrapadas por las mentiras de sus familiares, quiénes les afirman que son producto de su imaginación, que el abusador no tuvo intención de hacerles ningún daño, o que él o ella estaba tratando "de ser amigable". Y ellos también se ven atrapados por las mentiras de la sociedad que tiene la tendencia y costumbre de barrer estos abusos sexuales y esconderlos debajo de la alfombra.

Muchos adultos tienen problemas para aceptar que realmente ocurrió ese abuso sexual, y mucho menos todo lo que conlleva esta situación. Así que ellos lo tratan de la misma manera que ellos tratan cualquier cosa que no quieren enfrentar: Ellos se refugian en la negación. El proceso de negación es un mecanismo de defensa contra la verdad. En relación con el abuso sexual, la gente se resiste a lidiar con la verdad en muchos niveles, negando que el abuso sexual infantil siquiera existiò; negando que ocurrió tan frecuentemente; negando que alguien que ellos conocen está involucrado ya sea la víctima o el abusador; negando que realmente daño al niño (tal vez y eso sea lo mejor para el niño, ya que ellos aprenden como disfrutar el sexo); convenciendose a si mismos que un niño no lo recordara; negando que ellos mismos abusaron sexualmente a un niño; negando que ellos mismos fueron sexualmente abusados.

Vamos a ver amigos y amigas, los imbéciles abusadores confunden el asunto con su negación y deshonestidad. Un abusador rarísima vez, o si alguna vez lo hace admitirá que abuso a un niño. Si se le agarra con las manos en la masa al imbécil, le echará la culpa a alguien más -usualmente al niño-como lo hizo el padre de una de mis pacientes: "Ella se sentaba en mis piernas y se contoneaba hasta que alcanzaba una erección. ¿Qué más podía hacer?" En un caso reciente bastante sonado se trataba de un director de una escuela que fue acusado por acosar sexualmente y exponerse a sus propios estudiantes, el hombre protestó: "Yo no lo hubiera hecho (admitiendo así que él se masturbaba enfrente de sus estudiantes) si ellos no hubieran querido que lo hiciera". La mayoría de estos abusadores son super manipuladores y son muy buenos para convencer a los inocentes, son super capaces de ocultar sus actividades de una manera encantadora tanto para los padres como para los niños.

Esto hace que el ciclo vicioso obscurize la verdad acerca del abuso sexual infantil: Los abusadores mienten sobre ello, las parejas silenciosas y los miembros de la familia lo ignoran, y las víctimas lo reprimen. Como resultado, las víctimas a menudo se les hace sumamente difícil percibir exactamente cuál es la verdad. Además, abunda por todos lados bastante mala información sobre este tema. Esto es muy peligroso; hace que las víctimas se mantengan aprisionadas en sus propios síntomas y por sus familiares.

Ahora bien, con el único fin de aclarar esta confusión a través de los muchísimos mensajes que he recibido de tantas personas acerca de este tema. Hablaré mañana y hasta que se aclare todos los mitos comunes acerca de lo que es o no es un abuso sexual infantil y presentaré los verdaderos hechos con la verdad. Basado en la experiencia de cientos de mis pacientes, validado por la investigación de muchísimos profesionales y a través de mi propio trabajo clínico.