SÓLO DIOS PUEDE AYUDARNOS.
¿Cuántas veces hemos oído ésta frase?. Tantas han sido, que el efecto a nuestros corazones ya no es poderoso, ya no nos bendice, es más, vemos perdida la causa cuando parece la única solución. Lo que pasa es que no conocemos a nuestro poderoso Dios, porque así es... ¡SÓLO ÉL PUEDE AYUDARNOS!.
Para el enfermo esa ayuda significa el alivio de su enfermedad, la cura, la sanidad, pero para Dios tal vez sea la amputación, más dolor, más postración, pués Él sabe que eso nos llevará a la verdadera sanidad de nuestros corazones, a la cura de nuestras cojeras espirituales.
Para el que está en pruebas, esa ayuda significa que la prueba termine, que se acabe esa espina mortal que no lo deja pensar en otra cosa más que en esa prueba, pero para Dios no es así, Él sabe que el permanecer en esa "cárcel", en esa prueba, nos llevará a ser puros, como el oro fino que se expuso prolongadamente al fuego abrasador, y provocará que demos frutos que de otra manera no hubieran brotado de nuestra vida... como la paciencia, la esperanza, la confianza en Dios, el amor a Dios, la aceptación a la voluntad de Dios, y además, con agradecimiento. El decir "AMÉN" a Dios ¿siempre!, en todo lo que Él diga.
Para el que perdió un ser amado, esa ayuda significa el olvido, o el volver a la vida al que se fue, o una restitución... pero para Dios no es así, es una especie de "anzuelo" al cielo, es la oportunidad para creer en su resurrección, la puntilla que nos hará aborrecer éste lugar, y anhelar aquel en donde está el que VIVE PARA SIEMPRE, en donde no habrá más muerte, en donde toda lágrima será borrada, en donde habrá toda consolación.
SÓLO ÉL PUEDE AYUDARNOS... esa debe ser nuestra declaración de fe, aceptando el camino que Él elija, sometiéndonos a Su amor, que Él siga adelante con Su obra... ¡Su extraña obra!.
¡Que Dios te bendiga y te ayude... a Su manera!.
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