"Lava tus imperfecciones y tus caídas con lágrimas sinceras de arrepentimiento, sin que falte la confianza en la bondad de Dios." Padre Pio de Pietrelcina.
El corazón bueno siempre es fuerte; sufre, pero llora, se consuela sacrficándose por el prójimo y por Dios.
San Pío de Pietrelcina.
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