Viernes 16, Octubre, 2009
Salmo 32: 1 - 2, 5, 11
|
1 |
De David. Poema. ¡Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le queda cubierto su pecado! |
2 |
Dichoso el hombre a quien Yahveh no le cuenta el delito, y en cuyo espíritu no hay fraude. |
5 |
Mi pecado te reconocí, y no oculté mi culpa; dije: «Me confesaré a Yahveh de mis rebeldías.» Y tú absolviste mi culpa, perdonaste mi pecado. |
11 |
¡Alegraos en Yahveh, oh justos, exultad, gritad de gozo, todos los de recto corazón! |
|