El Padre Pío «El Santo de los Estigmas»
Así describió el Padre Pío, en sus cartas a su director espiritual el éxtasis con el cual recibió las heridas de Jesús Cristo: "Sentí, poco a poco, que me elevaba a una oración siempre más suave... de pronto una gran luz me deslumbró y se me apareció Cristo, que sangraba por todas partes".
"Cuando volví en mí, me encontré en el suelo y llagado. Las manos, los pies y el costado me sangraban".
"Me sentía a morir, y hubiera muerto si el Señor no hubiera venido a sostenerme el corazón que sentía palpitar fuertemente en mi pecho. Me recosté y recé, mire otra vez mis llagas y lloré, elevando himnos de agradecimiento a Dios".
La Acción del Padre Pío y el Poder de la Oración
"El corazón de nuestro divino Maestro no conoce mas que la ley del amor, la dulzura y la humildad. Poned vuestra confianza en la divina bondad de Dios, y estad seguros de que la tierra y el cielo fallaran antes que la protección de vuestro Salvador." -Padre Pío
"Siempre humíllense amorosamente ante Dios y ante los hombres. Porque Dios le habla a aquellos que son verdaderamente humildes de corazón, y los enriquece con grandes dones." -Padre Pío
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