Miguel
(así le pondremos) era un hombre atractivo pero un paciente esquivo
venía a mi consulta y se perdía, volvía a venir y se perdía. El me dijo
que quería terapia porque realmente quería tener novia, pero no sabía
como empezar y no tenía a nadie. Cuando le pregunté a Miguel si estaba
dispuesto a hacer lo que tenía que hacer para buscar novia. Me dijo
¡Claro que sí! definitivamente Voy a venir a cada sesión de este mes.
Se lo juro.
Sin embargo, como regla, antes de que se terminara
la hora, salía de mi oficina chiflando y super contentísimo, y
saludando a todo el que estuviera en la sala de espera.
Inevitablemente,
Miguel fallaba en las citas. Durante los primeros pocos meses conmigo
perdió muchas sesiones. Cuando si venía, su mente estaba tan dispersa
que no ponía atención a sus patrones de distanciamiento. No estabamos
haciendo mucho progreso para identificar las formas en específico que
lo hacían distanciarse, aunque estaba empezando yo a situar su patrón.
Era difícil ayudar a Miguel a concentrarse porque sus monólogos eran
acelerados y sus ausencias después de las sesiones antes que pudiéramos
establecer un tópico.
Miguel era una persona compleja que
raramente se sentía bien dentro de él mismo. Generalmente, se sentía
atormentado de ser incapaz de permanecer en un plan dado. Era
simplemente que no podía seguirlo, sea que fuera a cambiarse a otra
parte del país, o regresar a la escuela, o aún hacer un plan de tomarse
un café con un amigo. Le costaba tomar decisiones, tan pequeñas y
simples como que película ir a ver al cine, o una mayor como conseguir
un trabajo o solicitar un préstamo. Así que observen que este estilo de
evitación y agitación, no le permitía conectarse íntimamente con
alguien.
Como muchos que he conocido que tienden a distanciarse,
Miguel tenía una historia de droga y dependencia al alcohol, pero,
milagrosamente, considerando su estilo impaciente y agitado se mantuvo
limpio por 10 años. El atendía casi todos los días el grupo de 12
pasos, pero le costaba mucho estar ahí y completar la hora. Aún a pesar
de su agitación se quedó determinado a permanecer limpio y sobrio. La
mayoría de sus hermanos estaban en varias etapas de falla física y
económica a consecuencia de sus adicciones. La mamá de Miguel lo
apoyaba mucho asi que eso le facilito que se mantuviera sobrio pues
quería lo mejor para su hijo más chico. Lo único que pudo hacer en toda
su vida para conectarse fue ese grupo de 12 pasos. Sospecho aquí entre
nos, que era más riesgoso abrirse a una sola persona que a un grupo
entero.
Cuando le pregunté a Miguel que me describiera como se
sentía cuando estaba sentado en terapia y hablaba de si mismo, me dijo
que se sentía agitado emocionalmente. Me hizo un bosquejo interno y
externo de lo que le pasaba cuando estaba con una sola persona. Me dijo
que no se podía concentrar en la otra persona, cambiaba de pensamiento
a los pocos minutos que pensaba que era lo que quería hacer después, o
pensaba en alguien más o algo más, en lugar de concentrarse en el
momento presente. Tan pronto como se acomodaba físicamente, se ponía a
pensar en algo más que debería hacer en su lugar. A causa de su extrema
agitación y problema en comprometerse con el momento, él
precipitadamente dejaba cualquier cosa que iba a hacer, abandonando a
la gente aún en sus encuentros casuales como una cita de café con
amigos. Como pueden imaginar sus intentos para citas eran desastrosos.
"Mi
padrino AA me recomendó que me dijera a mi mismo "permance aquí en el
presente ahora" pero no puedo hacerlo" me confesó Miguel. Aunque
obviamente estaba sufriendo de déficit de atención y de una extrema
ansiedad, el apoyo que le proporcionó los medicamentos y la terapia
modificadora de conducta enfocada en la ansiedad no parecía ayudarle a
él a lograr tener una novia.
A como fuí conociendo mejor a
Miguel, empecé a entender que a pesar de sus patrones hiperactivos de
evitación, tenía mucho por hacer adelante. El era muy optimista, atento
y amable que sinceramente quería encontrar alivio a ese comportamiento
que lo autosaboteaba y que lo mantenía corriendo en círculos. El era
capaz de cambiar, pero no hasta que estuviera listo para entender como
su estilo de distanciamiento estaba controlando su vida. Requería tanto
deseo , voluntad y apertura a nuevos modos de pensar y nuevas
actividades antes de que él tomara el primer paso en retar exitosamente
sus problemas en las relaciones.