La felicidad no depende de lo que ocurra a nuestro alrededor, sino de lo que pase dentro de nosotros.
La felicidad se mide por el espíritu con el cual nos enfrentamos a los problemas de la vida.
La felicidad es un asunto de valentía.
La felicidad no consiste en hacer siempre lo que queremos, pero sí en querer todo lo que hagamos.
La felicidad nace de poner empeño an nuestro trabajo y de hacerlo con alegría y entusiasmo.
La felicidad no tiene recetas, cada quien la cocina con la sazón de su propia meditación.
La felicidad no es una posada en el camino sino una forma de caminar.