
"Os digo, además, que améis vuestra bajeza; y amar la propia bajeza consiste en esto: si sois humildes, pacíficos, dulces, y mantenéis la confianza en los momentos de obscuridad y de impotencia, si no os inquietáis, no os angustiáis, no perdéis la paz por nada y permanecéis firmes en estas tinieblas..., actuando así, amaréis vuestra bajeza, porque qué es ser objeto de bajeza sino estar en la obscuridad y en la impotencia?" (Padre Pio de Pietrelcina)
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