Hoy, no mires el reloj; disfruta de tu día de forma amplia y sin interrupciones. Todo el tiempo estamos bajo en control del reloj.
Haz un experimento: trata de olvidar el reloj y más bien vive tus pensamientos en toda tu intensidad. Cada vez que pienses algo, ponlo en la acción.
No lo pienses dos veces, sino que actúa inmediatamente. Toda vez que te sientas cansado, recuerda algo placentero; o bien, cuando te sientas aburrido, convierte tu rutina en un reto.
Y verás el sol ponerse rápidamente en el horizonte, sintiendo internamente que tu día ha sido todo un éxito.