Nos quedamos en el anterior mensaje de que a medida que se va profundizando en la relación las cosas empiezan a cambiar.

Ahora aquella personas que nos daba tanta paz y ánimo se convierte en una fuente de dolor y decepción. Ya que nuestros corazones están más abiertos es más fácil que nos hieran. En el día a día trabajando en nuestra relación los sentimientos son a menudo heridos. Si se es consciente de esto y si se es sensible a los sentimientos de la pareja las heridas pueden suavisarse con palabras de lo siento y disculpas de que no volvera a repetirse. Pero si uno de los dos se pone a la defensiva, insiste en tener siempre la razón, o rehusa disculparse, nuestras heridas no solo no se van a suavisar sino que se convertirán en heridas frescas.

Entre más frescas sean las heridas la persona se convierte en un ser muy sensible a futuras heridas. Con el tiempo, la mayoría de nosotros lo que hacemos es proteger nuestras heridas y a nosotros mismos cerrando nuestros corazones. Decidimos que ya no más deseamos ser vulnerables y abiertos con nuestra pareja. Ya no compartimos nuestros verdaderos sentimientos.

Y como estamos tan heridos, entonces es cuando se empieza a ser más crítico con el compañero. La persona se vuelve más impaciente con las pequeñas faltas y debilidades que una vez fueron aceptadas. Pronto la relación ya no es más segura para ambos. Ya no somos sanados por el amor, pero en lugar de eso muy heridos. Ya no se crece más juntos sino cada uno aparte.

La disculpa puede cambiar todo esto. La disculpa puede ayudarte a volver a un estado de aceptación y entendimiento. Te puede ayudar a reintroducirte una vez más en aquél refugio de compasión, amor, seguridad y perdón que una vez existio.

Lo más importante es que tomara el esfuerzo de ambos para alcanza esto, pero le tomara a un solo compañero iniciar este proceso.


¿Qué como puede ayudar la disculpa en la relación?

Nada más amigas y amigos siéntense bien quietecitos donde nadie los vaya a molestar. Cierren sus ojitos y recuerden aquella escena en la cual caíste así de enamoramiento por aquella bella mujer o aquel hombre que te dejo así como paralizada. Recuerda el amor incondicional que existía en ese momento. Recuerda la esperanza que existía en ambos. Deja que todos estos sentimientos entren en tu interior. Permite que estos sentimientos te recuerden de aquél amor y aceptación mutua que era posible en ese momento.

Ahora con pluma y papel en la mano, recuerda todas las cosas que amabas, admirabas y respetabas de tu pareja la primera vez que te enamoraste. Escribe estas cualidades y características en el papel.

Amigas y amigos si se te hace muy difícil hacerlo porque estás que te quemas del resentimiento y del dolor, toma más tiempo escribiendo estos sentimientos de tal manera que puedas aclarar el sendero de los recuerdos de aquellas buenas cualidades.

Aquí es donde empezaras el trabajo real haciendo este ejercicio esto es, dar, recibir y pedir disculpas a tu pareja.

Dios me los cuide muchísimo, no dejen de sonreír les envio un fuerte saludo desde Panamá