LA RELAJACIÓN
Toda sesión clínica se compone de tres fases sucesivas y bien diferenciadas: relajación, visualización y terapia propiamente dicha.
Nosotros utilizamos para relajar al paciente un sistema que se deriva del autógeno de Schultz modificado, en pasadas sucesivas por paquetes musculares de pies a cabeza. Es decir, utilizamos exactamente el mismo procedimiento que el cuerpo emplea cuando se va a dormir: relajándose progresivamente de pies a cabeza (este descubrimiento se debe a un médico español, el Dr. Camilla). Buena prueba de ello es que si tenemos los pies fríos no podemos dormirnos; y eso sucede porque en esa frialdad se instala una barrera que impide que la relajación "suba" por el cuerpo.
Es importante aclarar que cuando se lleva al paciente a una relajación profunda... éste no pierde la consciencia en absoluto. Es decir, se da cuenta perfectamente de lo que sucede en su entorno y de lo que se dice. De hecho, puede incluso oír más sonidos que en estado de vigilia porque sus sentidos están potenciados, en alerta. Por eso es muy común que algunos pacientes, al terminar la sesión, manifiesten antes de nada "no haberse dormido"... al creer que tenían que perder la consciencia.
Cabe añadir que al final de esa etapa de relajación da comienzo la fase llamada REM (rapid eye movement) que es el principio del trance hipnótico. El paciente se encuentra en el "umbral del sueño". De hecho, si el terapeuta guarda silencio durante más de 15 segundos el paciente puede entrar en fase de "reordenación de memoria", es decir, en estado de sueño profundo.