Muchas veces intentamos liberarnos de “malos” pensamientos y costumbres y justo cuando pensábamos haberlo conseguido descubrimos que, en realidad, se han introducido en nuestros sueños.
En psicología se sabe muy bien que cuando ignoras o niegas algo incómodo o negativo, sólo consigues que se haga más fuerte e incluso cambie su forma para llamar tu atención. Un mal sueño puede ser un proceso curativo, la forma que tiene nuestra psique de resolver aquello de lo no somos totalmente conscientes. Los ángeles siempre están a nuestro lado y nos recuerdan nuestro valor interior, también cuando estamos dormidos.
¿Cuándo se convierte un mal sueño en una pesadilla? ¿Tener un mal sueño significa necesariamente que escondemos un secreto? Nuestra respuesta a la vida tiene múltiples dimensiones, incluso mientras dormimos. Tener un diario de sueños puede ser una gran ayuda para comprendernos y saber cómo trabaja nuestro inconsciente. Lo más probable es que con el tiempo descubras que los malos sueños, en realidad, no son ni buenos ni malos, sino simplemente interesantes.