
Algunas de las heridas que recibimos en nuestras vidas son tan profundas y dolorosas que perdonar a las personas que las causaron parece imposible. Pero Jesús dice que no podemos experimentar Su perdón si nosotros no tenemos un espíritu perdonador.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Corrie Ten Boom y su hermana Betsie fueron arrestadas por esconder Judíos y fueron enviadas a un campo de concentración alemán. Betsie tuvo una muerte lenta y terrible como resultado de los crueles tratos.
Tiempo después, en 1947, Corrie habló acerca del perdón de Dios en una iglesia en Munich. Una vez que terminó su charla, un hombre pidió hablar con ella. Corrie lo reconoció como uno de los guardias que la había maltratado a ella y a Betsie. Él le dijo que había recibido a Cristo en su corazón, y con su mano extendida le suplicó por su perdón. Corrie luchó con sus sentimientos, pero cuando recordó las Palabras de Jesús en Mateo 6:15, ella sabía que tenía que perdonar. Silenciosamente Corrie oró, '¡Jesús, ayúdame!', y estiró su mano hacia su ex torturador.
Alguien ha dicho, "Perdonar no es 'santa amnesia' que borra el pasado. Por el contrario, es la experiencia de curación que bota el veneno de la heridas".
Dios nos pide que hagamos por otros lo que Él ha hecho por nosotros por medio de Jesucristo. El Señor nos dará fuerzas para perdonar.
Señor Jesús, danos gracia cada día para que podamos seguir en Tu camino especialmente cuando un alma herida necesita nuestro perdón y cariño
"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial." Mateo 6: 14
CON CARIÑO


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