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Hola mis amados:
Si tu estas en las manos del Señor es el mejor lugar donde se puede habitar, allí El nos cuida, nos provee, nos asiste y vela de nuestro ser integralmente, por eso no debemos dudar de que estamos solos, que nos ha abandonado o que estamos perdidos, recordemos que nadie nos ama como El y que va haciendo Su obra en cada vida, como Alfarero va puliéndonos y hace que cada vasija que somos tu y yo quede perfecta, solo quien nos hizo puede arreglar lo que esta deteriorado, afectado o si hay necesidad de restauración El es el mas indicado, por eso sintámonos dichosos de que El obre conforme a Su voluntad.
EN SUS MANOS ESTAS...
Hay muchas cosas que pueden salir mal en la vida y que de hecho salen mal.
Son muchos los sueños que no se hacen realidad, los ideales que no alcanzan a cristalizarse y las situaciones que no se resuelven como uno afanosamente quisiera.
No obstante, en los sueños que no se hacen realidad, en los ideales que no alcanzan a cristalizarse y en las situaciones que no se resuelven como esperabas,
Yo estoy contigo.
En Mi mano te tengo reservados sueños mayores que los que has abrigado jamás, ideales más hermosos que los que has deseado y cosas más sublimes que las que has esperado jamás.
Tu imaginación no ha concebido las cosas fantásticas que tengo reservadas a quienes me aman, a quienes perseveran contra viento y marea.
DIOS
FIRMES PARA DAR LA BATALLA
Por Fernando Alexis Jiménez
José Ricardo conoció al Señor Jesucristo, en un culto de domingo en la noche. Todas las sillas estaban llenas. Muchos de los asistentes se mostraban conmovidos. En algunos rostros corrían lágrimas. Era un momento emotivo y especial.
El joven salió del templo transformado. Sentía como si estuviera caminando en las nubes. Era algo único e irrepetible. También había lagrimeado. En su ser había experimentado la presencia del Señor.
El problema comenzó al día siguiente. Estaba representado en enfrentar el cúmulo de personas con las que se inter-relacionaba y que no eran creyentes en Jesús. En esos instantes sintió desfallecer.
Poco tiempo después, mientras se encontraba en el aula de clases de la universidad, un compañero le preguntó:
--¿De manera que andas en la religión?—
--No sé de que hablas—le respondió--. Simplemente he ido a un culto--.
--Seguramente te volviste religioso—le salió al paso su compañero.
--Te repito: he ido a un culto. Es todo—interrumpió.
Sus emociones estaban confusas. ¡Había negado su condición de recién convertido a Cristo! ¡Cuánto deseó haber permanecido firme! Corroboró, para su tristeza, que había sucumbido "al qué dirán".
Como José Ricardo, decenas de personas en todo el mundo enfrentan la necesidad de guardar firmeza frente a todas las circunstancias.
El tema es abordado en reiteradas ocasiones en las Escrituras. Le invito para que, Biblia en mano, hagamos un recorrido panorámico con el fin de aprender qué nos enseña la Palabra.
La firmeza, un imperativo
Permanecer firmes en Cristo no es una opción, sino un imperativo; un mandato que estamos llamados a asumir.
El apóstol Pablo lo dijo en los siguientes términos: "Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud" (Gálatas 5:1).
El texto deja claro que el Hijo de Dios rompió las cadenas que nos mantenían atados al pecado. Ahora somos libres. El llamamiento que Él nos hace es a permanecer firmes en esa libertad.
Cada vez que sintamos de qué manera la pecaminosidad quiere tomar fuerza, debemos ir a Jesús con el fin de que nos conceda la fortaleza que necesitamos. ¡Podremos vencer!
La necesidad de permanecer alerta
Quienes han sucumbido espiritualmente son aquellos que se consideraban estables en su condición de creyentes. ¡Tremendo error!
El asunto fue abordado en el primer siglo de nuestra era cuando el apóstol escribió: "Así que el que piensa estar firme, mire que no caiga" (1 Corintios 10:12).
La solución estriba en caminar siempre tomados de la mano del Señor Jesús. No podemos confiarnos. La carne es débil. Por esa razón es esencial que no nos desprendamos de nuestro Salvador. Es la única manera de obtener la victoria.
Firmes, en las fuerzas de Dios
Permanecer firmes sí es posible. Pero lograrlo es posible cuando dejamos de confiar en nuestras fuerzas y comenzamos a depender de Él.
Al respecto el autor sagrado escribió: "¿Tú quien eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerlo estar firme" (Romanos 14:4).
Dios tiene cuidado de nosotros. Sabe por las pruebas que atravesamos. Desea ayudarnos. Sin embargo no es en nuestras fuerzas sino en las de Dios, como lo anotan las Escrituras.
Firmeza unida a la perseverancia
El Señor espera que evidenciemos firmeza frente a dos peligros latentes: el primero, el pecado, y el segundo, la inclinación a volver atrás.
La Biblia tiene una advertencia especial que debemos asumir: "Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano" (1 Corintios 15:18).
La lucha no es por un día. Siempre estará a la puerta y debemos hacerle frente. De ahí la necesidad de estar dando siempre la pelea espiritual.
Para asegurar la victoria, es menester estar protegidos, como recomienda el apóstol Pablo: "Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes" (Efesios 6:13).
Estamos llamados a vencer. Basta que permanezcamos firmes. Y lo lograremos, si en toda circunstancia de la vida—favorable o desfavorable- -, permanecemos unidos al Señor Jesucristo.
En el evangelio de Juan el Señor nos dice que permanezcamos en El, eso es depender, vivir y confiar plenamente sin sombra de duda o temor, porque si le conocemos podemos estar seguros de que nada nos faltara, que nos dara la fuerza, el valor, la paz, el gozo y todo lo que necesitamos para avanzar, para ser triunfantes y ver la recompensa de que confiar en Dios es lo mejor que podemos hacer, si estamos firmes en Jesus no hay porque tambalear, se puede desaparecer el mundo en un instante, pero Jesus jamás nos falla porque El es Fiel.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA.
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