Hola mis amados:
El cansancio es algo que nos deja sin fuerzas, cuando ya no podemos y neceistamos un momento de reposo, de paz, de sosiego, por eso no debemos dejarnos llevar por la ansiedad, el desespero o afan, solo vivamos un dia a la vez para disfrutar de lo que se nos presenta, ademas los brazos del Señor estan para cargarnos y darnos el aliento que necesitamos, vayamos confiadamente que El nos anhela y entiende mejor que cualquiera.
EL CANSANCIO DE VIDA..
¿Quién no ha sentido en algún momento de su vida tristeza, amargura o resentimiento?. Nadie escapa a estos sentimientos, y el sentirlos de vez en cuando es normal, es parte de nuestra naturaleza humana. Llorar, es bastante sano, cuando se trata de un acontecimiento eventual, el llanto es parte de la liberación. Pero ¿qué pasa cuando estas emociones quedan alojadas en nuestro corazón de manera permanente?, ¿cuando el dolor, la amargura y la tristeza representan nuestra propia personalidad?. Hoy en día los males provenientes del corazón son muy comunes; los rompimientos familiares, la frustración, la represión, el fracaso y lo que llamaríamos "el cansancio de vida" se apodera de nosotros, cuando vemos que a pesar de nuestro esfuerzo, las cosas "nunca funcionan", "todo nos sale mal" porque "la vida ha sido muy injusta con nosotros". Es entonces cuando el resentimiento, la autocompasión y la tristeza, pueden quedar instalados, en nuestro corazón de manera permanente. Esta actitud hace que todo en la vida lo veamos a través de un "cristal empañado", es decir, nuestra perspectiva de vida se torna gris, ya no vemos la belleza de la vida, los buenos momentos se vuelven indiferentes ante nosotros, dejamos ir oportunidades y empezamos a crear una realidad falsa al creer que "nadie nos quiere" o "todos quieren hacerme daño", nuestra visión actúa y distorsiona todo desde nuestro cristal empañado. El guardar por mucho tiempo esta actitud o este sentimiento, además de prolongar nuestro sufrimiento, nos trae como consecuencia enfermedades derivadas de "un corazón triste" Ningún medicamento, dieta o ejercicio pueden evitar o curar enfermedades si no nos conectamos con la alegría de vivir, con el amor a la vida. La alegría es la única medicina para un corazón que revive constantemente en su presente las heridas del pasado. Sin la alegría, nuestra vida se frena, nuestros pasos se alentan, ya no queremos saber de nada. Estamos tan deprimidos y con un constante dolor de piernas, que ya no podemos dar un paso más. Sufrimos también a causa de nuestra soledad por tener nuestro corazón cerrado al amor. No sabemos darlo, mucho menos recibirlo. Seguimos sufriendo porque las pastillas no son suficientes para un corazón que frena el amor, que lo tiene por esencia, pero no lo deja salir (se ahoga y se asfixia hasta morir).
DICHOSOS LOS QUE SABEN LLORAR
Una lágrima es eso que humedece los ojos del mundo, y que el mundo se empeña en ocultar. Es eso que nos tragamos tantas veces por soberbia, por orgullo, por demostrar fortaleza y queda atorada en la garganta, apretada en el corazón, comprimiéndonos todo. Es tan profunda, que no sabemos con certeza dónde nace o dónde muere. A veces una lágrima lava una pena y cicatriza una herida. Una lágrima es un recuerdo, una angustia, una desesperación, un interrogante. Una lágrima puede ser a veces el comienzo del perdón y la primera luz de la rectificación que hace estrechar una mano. Una lágrima puede ser rebeldía o arrepentimiento, odio, amor, luz o sombra. Una lágrima puede ser el sueño desvanecido que rozó nuestros párpados o el amor perdido que aún está dulce y húmedo.
Cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lágrima ayuda. Cuando la derramamos en el corazón querido, o en la intimidad de la amistad, la lágrima une, estrecha y funde. Una lágrima es a veces la gota mágica que hace cambiar por dentro. La lágrima trasforma, enseña, disuelve los rencores, las espinas, las malas yerbas que van creciendo en la amistad e impiden acercarse, abrazarse y comprenderse. La lágrima descubre. El que ignora los motivos por los que las derramas, no te conoce. Autor Desconocido
Llorar hace bien al alma, desahogarnos de lo que nos consume, nos abate o de aquello que nos ha robado la paz es bueno, porque haciendolo descansamos, vamos liberandonos de todo eso que nos aplasta, no es bueno entonces dejarnos cargar de esas situaciones, ademas el Señor nos dice que El toma nuestras lagrimas y las coloca en Su redoma santa, es algo maravilloso y por eso no dejemos de hacerlo cuando sea necesario.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
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