¿Cómo quejarse de mis pies cansados
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacÍas,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti, mi soledad,
cuando en la cruz alzado y sólo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón ?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traiga
se me ahoga en la boca
y sólo pido no pedirte nada,
estar aquí junto a ti;
ir aprendiendo que el dolor
es sólo la llave santa de tu
Santa Puerta.
¡JESUS TE AMO GRACIAS POR QUE MORISTE POR AMOR A MI!
(envíado por correo)