Hola mis amados:
Un ejemplo especial nos dan en este mensaje, porque si compartimos lo que tenemos con los demás estamos sembrando para asi tener una cosecha especial, que el egoísmo se desarraigue de nosotros para que pensemos en los demás, en el bien que pueden obtener de nosotros y asi estaremos luchando por cambiar este mundo, una pequeña semilla hace mucho, no desmayemos entonces.
EL AGRICULTOR.
Un hombre tenía un sembrado de flores estupendas; cada día salían de su cultivo centenares de paquetes a vender a la ciudad con las flores más bellas y fragantes que nadie pudiera conocer.
Este señor año por año ganaba el premio a las flores más grandes y de mejor calidad y como era de esperarse era la admiración de todos en la región; un día se acercó un periodista de un canal de televisión a preguntarle el secreto de su éxito, a lo que el hombre contesto:
- Mi éxito se lo debo a que de cada cultivo saco las mejores semillas y las comparto con mis vecinos, para que ellos también las siembren.
- ¿Cómo?- respondió el periodista- pero eso es una locura, acaso no teme que sus vecinos se hagan famosos como usted y le quiten su importancia?
El hombre dijo: - Yo lo hago porque al tener ellos buenos sembrados el viento me va a devolver a mi cultivo buenas semillas y la cosecha va a ser mayor; si no lo hiciera así ellos sembrarían semillas de mala calidad que el viento traería a mi cultiva y cruzaría las semillas, haciendo que mis flores sean de mala calidad.
Lo mismo ocurre en nuestra vida. Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, pues el bienestar de cada uno está unido al bienestar común.
Gálatas 6:2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros; y cumplid así la ley de Cristo. EDUCA A TUS HIJOS CON UN POCO DE HAMBRE Y UN POCO DE FRÍO El amor que les tenemos a nuestros hijos nos lleva muchas veces a cegarnos y a olvidar lo que los hará felices a la larga. Es muy común en estos tiempos que los padres de familia, sobre todo los de ciertos recursos económicos, les construyamos un mundo irreal, sacado de un cuento de Walt Disney, aislándolos así de la realidad. Cuando tarde que temprano el cuento termina, nuestros hijos se enfrentan a un mundo que desconocen, que no comprenden, lleno de trampas y callejones sin salida que no saben sortear, y las consecuencias son peores a las que quisimos evitar. Por desgracia la vida de cientos de padres de familia de estas épocas atrapados en una agenda saturada de trabajo y de compromisos fuera de casa. Papás que compensan la falta de atención a sus hijos con bienes materiales. Los inscriben en las mejores escuelas, los rodean de lujos y comodidades y piensan que con eso ya cumplieron con su tarea de padres, cuando lo único que han logrado es formar niños que desconocen el hambre y tiran lo que no les gusta. Hijos tiranos, pequeños monstruos insoportables y prepotentes que sufrirán y harán sufrir a sus semejantes porque desde pequeños se han salido con la suya. Muchachitos que creen que sentir frío o calor es cuestión de aire acondicionado, que el cansancio que han sentido se limita a caminar unas cuantas cuadras porque no hallaron estacionamiento frente a la discoteca, jovencitos que piensan que el trabajo de los padres es firmar cheques para que ellos tengan todo lo que se les antoja. ¿Qué posibilidades tienen nuestros hijos de convertirse en hombres y mujeres de bien si los papás les damos todo y no les educamos la voluntad? ¿Qué hijos estamos formando si con nuestra actitud les mostramos que el dinero es lo más importante en la vida? Confucio decía "Educa a tus hijos con un poco de hambre y un poco de frío". Proverbios señala "Corrige a tus hijos". Cuánto bien hacen los padres a los hijos cuando ponen esa máxima tan sencilla en práctica. Y cuánto daño les hacen al ponerles todo en bandeja de plata. Hay muchas realidades que como padres quisiéramos desaparecer; el sufrimiento de los hijos, el exceso de sudor, de esfuerzo, y las carencias económicas. Sin embargo, quizás esas realidades no los hagan felices de momento, pero a la larga puedan forjarlos como hombres y mujeres de bien. Ojalá que más padres de familia tengan la inquietud de enterarse por dónde andan sus hijos. Que no les vaya a pasar que cuando tengan tiempo deban decir: "Estaba demasiado ocupado y no me di cuenta". Autor Desconocido
La educación de nuestros hijos hoy debe ser prioritaria, pero lo que se hace en casa es lo que perdura en sus vidas, aunque en el colegio es también para tener en cuenta lo que reciben, lo fundamental es el ejemplo, la convivencia y el apoyo que reciben de nosotros los papas, por tanto que no los abanemos, que siempre que nos necesiten estemos ahí y que lo que hagamos desde temprana edad servirá para cuando ellos mismos sean padres, asi que animo y no desmayemos.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA.
*Fondo por Vainica*
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