

Hola mis amados:
Cuando el Señor nos perdona los pecados es definitivamente, la Palabra nos dice que los echa a lo profundo de la mar y no se vuelve a acordar, entonces porque nosotros no hacemos lo mismo?, que el pasado no nos hunda con el peso del pecado, vivamos en esa libertad y paz que el Señor Jesus nos da y agradecidos porque Su sangre preciosa nos ha limpiado de todo mal y pecado, solo ella lo puede hacer y nadie mas.
ÉL NO LO RECUERDA
Había un hombre maduro llamado Juan. Un día me dijo que cargaba consigo y mantenía en secreto una pesada carga, por un error que había cometido cuando tenía 21 años. A nadie nunca se lo había compartido, pero sus amigos más cercanos sabían que él se había arrepentido. Aún así, él llevaba el gran peso de la falta de perdón a sí mismo.
Su carga era pesada y vivía su falta, aunque en muchas ocasiones se había enfrentado con las enseñanzas bíblicas sobre el perdón, el arrepentimiento y la libertad que eso nos trae. Él lo sabía, pero esa verdad no le era suficiente.
Una mujer anciana que él conocía, compartía en su iglesia sobre algunas visiones donde Dios le hablaba directamente a ella. Algunos escépticos de sus declaraciones, entre ellos Juan, le pidió lo siguiente: - La próxima vez que usted le hable a Dios, podría preguntarle, ¿cuál fue el error que yo cometí hace años? - La anciana le dijo que con gusto lo haría.
Pasados los días la anciana se encontró con Juan y éste le preguntó: - ¿La visitó Dios estos días pasados? - Ella le dijo que sí. - ¿Y usted le preguntó qué error había cometido yo? - Sí, le dijo ella. - ¿Y qué le contestó Dios? Ella le respondió: - Me dijo que no lo recordaba. Autor Desconocido EL NO PERDONAR
La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas, pero que finalmente nos termina envenenando. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro, sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos. El perdón es una expresión de amor. El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes. Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.
El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. La falta de perdón te ata a las personas con el resentimiento. Te mantiene encadenado. La falta de perdón es el veneno más destructivo para tu espíritu, ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes. El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario. Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a tí mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
"La declaración del Perdón es la clave para liberarte". - ¿Con qué personas estas resentido? - ¿A quienes no puedes perdonar? - ¿Tú eres infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos? Perdona para que puedas ser perdonado. Recuerda que con la vara que mides, serás medido. "Aliviana tu carga y estarás más libre para moverte hacia tus objetivos".
Probablemente tú estas llevando una carga pesada de hace años o tiempo atrás y no has encontrado la verdadera libertad que una confesión en arrepentimiento delante de Dios te puede dar. No hay error por más grande que éste sea, que Dios no pueda perdonar una vez confesado.
De la misma manera, nosotros debemos perdonarnos. Sólo es necesario estar verdaderamente arrepentido (un arrepentimiento verdadero es desear no volver a cometer la falta y asegurarse de hacer algunos cambios para no volver a cometerlo), y una vez hecho ésto, deshacernos de la carga. Tal vez lo recordaremos alguna vez, pero ya no será una carga pesada.
No tiene sentido llevar una vida sin perdón, sin perdonarse uno mismo. Una vida así, es una vida llena de amargura, sinsabores y desgracia. Al ir viviendo de esa manera, con el tiempo el corazón se endurece y lo que era una carga, se hace parte de nosotros mismos. Vamos viviendo con un sobrepeso que no se ve, pero se siente en lo más profundo del corazón.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA

MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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