Hola mis amados:
Esta reflexión es especial porque nos hace meditar en lo importante de vivir un dia a la vez, no acelerarnos ni pensar en el futuro, solo entender que el Señor al estar con nosotros de El depende el futuro, lo ha sucederá no lo sabemos pero si que nos ayudara, asistirá y sostendrá para que sigamos gozosos el camino con la paz que nos ha dado y sintiendo Su dulce y tierno amor.
EL RELOJITO
Un relojito que acababa de ser terminado por el relojero, fue puesto en una repisa en la bodega, junto a dos relojes mayores que estaban muy ocupados marcando los segundos con su tictac.
-Bien- dijo uno de los relojes al recién llegado-. De modo que te has iniciado en este trabajo.
Lo siento por ti. Ahora estás dando tu tictac con mucho entusiasmo, pero ya te cansarás cuando hayas marcado treinta y tres millones de tic tacs.
-¡Treinta y tres millones de tic tacs!- dijo asustado el relojito- ¡Yo jamás podré hacer eso!
E inmediatamente se detuvo desesperado.
-No seas necio- le dijo el otro reloj en ese momento-. ¿Por qué prestas oídos a tales palabras? La cosa no es así.
Lo único que tienes que hacer, es dar un tictac en este momento. Eso es fácil, ¿verdad? En seguida das otro, lo que es tan fácil como el anterior, y así sucesivamente.
-¡Ah! Eso es todo -gritó el relojito-, se hace fácilmente, así que ¡aquí voy!
Y comenzó con nuevo entusiasmo a hacer un tictac a la vez sin pensar en los meses, ni en los millones.
Al final de un año, había hecho 33, 000,000 de vibraciones sin darse cuenta de ello.
¡Ojalá las personas quisieran vivir solamente el momento que les corresponde y no el año completo!
En el Padre Nuestro se pide por el día. "Basta al día su afán", dice el Señor. Y la promesa que no se ha agotado en cuatro mil años dice: "Como tus días será tu fortaleza."
¿Por qué te afanas hoy por el mañana? Tu corazón hoy llenas de pesar. Conoce tus pruebas, Tus cargas Él lleva; Si Dios tiene cuidado de las aves, De ti sin duda ha de cuidar.
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestras vidas, Mateo 6:25 PANCAKES
El pequeño Luis, de seis años, decidió una mañana prepararle “pancakes” a sus papás para desayunar. Encontró un gran tazón y una cuchara, acercó una silla a la mesa, y trató de alzar el pesado paquete de harina para abrirlo.
La mitad del paquete quedó desparramada entre la mesa, la silla y el suelo. Tomó toda la que pudo con sus manitas y la puso dentro del tazón, después le puso un poco de leche y azúcar, haciendo una mezcla pegajosa que empezaba a chorrear por los bordes. Además había ya pequeñas huellas de harina por toda la cocina, dejadas por él y su perrito.
Luis estaba totalmente cubierto con harina, y estaba empezando a frustrarse. Él quería darle una sorpresa a sus papás haciendo algo muy bueno, pero todo le estaba saliendo al revés. No sabía qué más había que agregar a la pasta, o si había que hornear los “pancakes”, pues ni siquiera sabía cómo usar el horno.
Cuando miró otra vez la mesa, su perrito estaba lamiendo el tazón, por lo que corrió a apartarlo de la mesa, pero por accidente derramó la botella de leche y además se quebraron unos huevos que había sobre la mesa al caer al suelo. Intentó agacharse para limpiar, pero se resbaló y quedó con toda su pijama pegajosa, llena de harina y huevo. En ese momento, vio a su papá de pie en la puerta. Dos grandes lágrimas se asomaron a sus ojos. Él solo quería hacer algo bueno, pero en realidad había causado un gran desastre.
Estaba seguro de que su papá lo iba a regañar y muy posiblemente, castigarlo. Pero su papá sólo lo miraba en medio de aquel desorden. Entonces, caminando encima de todo aquello, tomó en sus brazos a su hijo que lloraba, y le dio un gran abrazo lleno de amor, sin importarle llenarse él mismo de harina y huevo.
“Así es como Dios nos trata. A veces tratamos de hacer las cosas bien, pero sin querer terminamos haciendo un desastre. Discutimos y peleamos en familia, insultamos a un amigo, hacemos mal nuestras obligaciones, y desordenamos nuestra vida.
Otras veces, sólo podemos llorar, porque ya no sabemos qué más hacer.
Entonces, es cuando Dios nos toma en sus brazos, nos perdona y nos demuestra que nos ama, sin importarle que pueda ensuciarse con nuestra suciedad. Pero por el simple hecho de habernos equivocado, no debemos dejar de “preparar pancakes” para Dios o para alguien especial.
Tarde o temprano lo lograremos y Dios estará orgulloso de nosotros, porque no nos dimos por vencidos.”
Dios no ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Salmos 103:10.
Es tan cierto esto que sucede entre la relación de un papa y su hijo, lo entiende y no lo reprende porque deseaba era sorprender, cuanto mas nuestro Padre Celestial que nos ama con un amor que no cambia ni varia y por eso envio a Su Hijo Unigenito para que se hiciera hombre y entendernos muy bien, a El toda la Gloria por ser quien es.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA.
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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