Hola mis amados:
El Señor es muy sabio cuando nos dice que de la abundancia del corazón habla la boca y nuestros hechos manifiestan lo que en el interior se encuentra, por esa causa no debemos responder de la misma forma cuando nos ofenden, cuando alguien con rabia o rencor nos habla o viene para sernos daño, si nuestra respuesta es blanda, con paz, con calma lo desarmaremos y nosotros saldremos bien librados, el se va avergonzado y así hemos vencido el mal con el bien.
EL PROFESOR
Era un profesor comprometido y estricto, conocido también por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo.
Al terminar la clase, ese día de verano, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acerco uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo:
- Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase es que no tendré que escuchar mas sus tonterías y podre descansar de verle esa cara aburridora.
El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado.
El profesor miro al alumno por un instante y en forma muy tranquila le pregunto:
- Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?
El alumno quedo desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta.
- Por supuesto que no. - contesto de nuevo en tono despectivo el muchacho.
- Bueno, prosiguió el profesor, cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me esta ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar.
- No entiendo a que se refiere. - dijo el alumno confundido.
- Muy sencillo, -replico el profesor-,
Tu me estas ofreciendo rabia y desprecio y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo, y yo, mi amigo, en verdad, prefiero obsequiarme mi propia serenidad.
- Muchacho, -concluyo el profesor en tono gentil,
Tu rabia pasara, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa, yo no puedo controlar lo que tu llevas en tu corazón pero de mi depende lo que yo cargo en el mío.
Cada día, en todo momento, tu puedes escoger que emociones o sentimientos quieres poner en tu corazón y lo que elijas lo tendrás hasta que lo decidas cambiarlo. Es tan grande la libertad que nos da la vida que hasta tenemos la opción de amargarnos o ser felices.
Para buscar pues, la calma Interior, no vayan donde todo es calma sino donde no hay paz, y sean ustedes la paz. De esta forma la encontraran al darla, y la tendrán en la medida en que vean que otros necesitan de ustedes para calmarse.
CONFIANZA
Bienaventurado el hombre que puso en dios su confianza." Salmo 40:4 (RV60)
Fuimos a tomar con Miriam unas reuniones a la iglesia de mercedes, a 100 Km. de la capital federal. Hacia caso 25 años que no visitaba esa iglesia. Ya es habitual vivir con miedo en la capital. El nivel de inseguridad supera todo límite. Antes de abrir la puerta de casa miras para todos lados a ver si se acerca algún sospechoso. Doble llave, candado y rejas es lo común. Hay desconfianza.
Nos veíamos seguido con algunos amigos, pero ni iba por mercedes desde mi adolescencia. Cuando llegamos nos sorprendieron dos cosas.
El cariño y el afecto de los hermanos seguía siendo el mismo. Y el hermoso y gran templo que habían levantado en la esquina donde yo había visto al pequeño y viejo salón.
Ven entra y así te muestro todo por dentro. Me dijo Osvaldo.
No puedo ahora, lo vemos después si quieres. Tengo a los chicos en el auto y no quiero dejarlos solos. Es peligroso. Hay demasiada inseguridad.
Dany, me dijo, estás en mercedes. No en la capital. Acá no hay
ningún problema.
Perdimos la confianza en el otro. Hoy desconfiamos hasta de nuestra sombra por miedo a que nos ataquen, roben o lastimen. Este es un mal de todas las épocas. David lo sabía. Por eso puede decir con satisfacción: feliz el hombre o la mujer que confía en Dios. Es feliz porque Dios jamás falla. Dios siempre cumple. Es grandioso pensar en la fidelidad de Dios. Aunque le seamos infieles, Él permanece fiel. Aunque nos olvidemos de Dios, Él siempre nos tiene presentes. Aunque lo abandonemos, Él jamás nos desampara ni desprecia. Porque Dios no puede renegar de su condición de Dios.
Dios siempre será amor.
Frente a tu desconfianza del futuro, a tu inseguridad del presente, a tus dudas por tus fracasos y tu pasado, Dios te sigue ofreciendo Su confianza. Cuando todo lo demás se despedaza como un castillo de naipes y todos tus sueños se queman como una hoja de papel, Dios sigue siendo la roca de tu seguridad.
Puedes confiar en Dios. Él jamás te va a fallar. No importa cuantas veces le hayas tu fallado, Dios sigue ofreciendo Su confianza a prueba de todo. No desconfíes de Dios. Él es digno de confianza y nos ama con amor eterno, por eso es mejor confiar en quien no nos deja en vergüenza para que nos sintamos bajo esa protección divina, sigue este consejo y te ira muy bienLos amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA