Hola mis amados:
En muchas personas se ha perdido la costumbre de ser agradecidos con el Señor, cada día que nos da es una bendición, podemos respirar solo porque Él lo permite, nos movemos y tenemos pan en la mesa porque Él lo ha provisto, reconocer que no ha sido nuestro trabajo sino Su Misericordia, que El es Fiel y nosotros le fallamos muchas veces y aun así, Su amor nos sustenta, que hoy sea un día especial para agradecerle tantas bondades, favores y beneficios recibidos de Su mano.
GRACIAS
Cada día debemos dar gracias a Dios porque nos regala en Su amor 24 horas puede que el sol este brillando sobre las montañas, o porque las aves canten o las flores estén hermosas, o que las mariposas vuelen de flor en flor, la verdad no hay tal cosa, hoy es un día nublado con mucha lluvia y veo las personas muy apuradas caminando de un lugar a otro, pero hoy siento plena gratitud, quiero darte las gracias por todo lo que me has dado y puedo decir que eres maravilloso porque nunca me has dejado y cada día sé que me amas más, aun con mis imperfecciones Tú me sigues y me cuidas, gracias por Tu amor eterno y sin condición.
Sé que no he sido fiel, pero Tu si has sido fiel y reconozco Tu grandeza y lo puedo ver en cada día que pasa y en cada segundo, cuando conduzco mi vehículo, cuando camino, cuando estoy en la escuela, cuando estoy en el trabajo, cuando siento la soledad y la tristeza.
Hoy siento deseo de llorar y no por mis fracasos ni por mis derrotas, sino por qué me siento contento de tenerte como un Amigo, Tú me has soportado, y brindado Tu apoyo incondicional y sobre todo me oyes, y cuando me he sentido sin deseo de vivir y continuar en esta vida, Tú me has animado y lo sé porque muchas personas a veces que ni conozco se acercan a mí, me tienden su mano, gracias Dios eres maravilloso.
Qué difícil es poderte pagar, solo te puedo decir gracias, muchas gracias, no sé qué sería de mi sin ti… gracias y enséname a no quejarme sino siempre a darte gracias.
PORQUE
Podría optar por quedarme en la comodidad, atendiendo sólo mis asuntos personales y preocuparme en forma exclusiva por mis seres queridos. Podría, pero no puedo. Quisiera, pero no quiero. Muy lejos de un juego de palabras y tiempos verbales, estas expresiones valen para exteriorizar lo que siento al vivir nuestro mundo cada día.
Porque soy reacio a las etiquetas y los motes, ese intento por dividir a los seres humanos mediante colores, religiones y dinero, trato de hacer mi parte por erradicar cualquier tipo de discriminación.
Porque me entristece (e indigna) la denigración de los hombres y las mujeres, sea cual fuere el sistema empleado para ello, hago lo posible por exponer la realidad y ayudar en el cambio.
Porque sé que es posible detener la destrucción del planeta, que sobran los recursos para alimentar a cada ser humano y que – si de veras nos lo proponemos – podemos cambiar la historia, pongo mi grano de arena para concientizar a quienes pueda y trato de asumir mi responsabilidad como persona.
Porque no quiero ser parte de una generación que sea recordada por la hipocresía, el miedo y la guerra, me esfuerzo por cultivar la sinceridad, el amor y la paz, resignificando valores y métodos.
Porque estoy convencido de que el espíritu humano precisa algo más que meros cambios cosméticos, artefactos emocionales y juguetes dialécticos en el camino de la realización y la satisfacción personales, sigo insistiendo en que Jesucristo – el de la cruz ensangrentada y la tumba vacía – es el único capaz de darnos una vida completa.
Y lo digo como un hombre común y corriente (lleno de errores e incapacidades) que obra, habla y escribe desde una convicción que se piensa y palpita.
Es cierto. No es fácil decir esto en una época de convicciones endebles y creencias oportunas. No es fácil afirmarlo sabiendo que podría tildárseme de un fundamentalismo que lejos estoy de abrazar.
Sencillamente quizás no sea fácil porque parece difícil que – en medio de tantas voces, gritos y opciones – nos demos la oportunidad de escapar del pensamiento masificado, sublevarnos al menoscabo de los soberbios y la risa de los ingenuos, y venir ante Jesús con una fe simple, humilde y valiente que se atreva a decir: -“Si eres real, quiero conocerte… Si estás ahí, por favor haz algo en mi vida”.
Como tantas otras veces, animan estas palabras el deseo sincero de este amigo que escribe porque descubras a Dios en la figura de Jesucristo, quien dijo: -“Yo soy el camino, la verdad y la vida”.*
CRISTIAN FRANCO
Buenas razones las que expone este mensaje para vivir de acuerdo a lo que Dios quiere, no a lo que el mundo como sistema impone y que la mayoría de personas sigue como borregos, es que debemos marcar la diferencia para que seamos mejores personas y dejar un impacto en los demás en el cambio que se dio en nosotros primero y se espera de los demás, así esta sociedad sería mejor en todo sentido y viviríamos como lo hizo el Salvador del mundo que nos dejó Su legado hermoso para eso.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
|