LA SABIDURÍA
El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.
No hay que confundir nunca el conocimiento
con la sabiduría.
El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría
nos ayuda a vivir.
No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer,
se debe también hacer.
El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio
se queda sentado en él.
Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.
El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone
alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe;
he aquí el verdadero saber.
El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca.
*Fondo por Vainica*
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