Vivir en el momento es una práctica poderosa. Sin embargo, a veces puede que necesite apartarme un poco para tener una mejor perspectiva. Al contemplar dónde he estado y lo que he logrado, puedo apreciar mi progreso.
Quizás todavía no haya alcanzado mi pleno potencial, mas valoro cada etapa de mi viaje —pasada, presente y futura. Cada paso al frente profundiza el significado y el propósito de mi vida. No necesito apresurarme ni forzar mi progreso. Soy uno con la Única Presencia —en todo lo que existe y existirá. Sé que gozo del apoyo divino, y descanso y disfruto de las oportunidades que la vida me presenta para aprender y crecer.
Yo envío mi ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te introduzca en el lugar que yo he preparado.—Éxodo 23:20
Creer plena y completamente en el amor perdonador de Dios es conocer la paz y la libertad. Cuando me dirijo a Dios en oración, con humildad y aceptación, soy liberado de errores pasados. El amor perdonador de Dios disuelve instantáneamente la amargura, el resentimiento y la condena.
Quizás haya actuado o hablado de una manera de la cual me avergüenzo. Mas es al vivir que aprendemos y crecemos. Mis pasos en falso me han ayudado a ver cómo deseo cambiar y quién deseo ser. No importa lo que haya hecho o las circunstancias que me hayan influenciado, puedo comenzar de nuevo, hacer enmiendas y aceptar el perdón de Dios. Acojo una visión nueva de vida y soy libre ahora para expresarla.