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†☼♥REFLEXIONES♥†♥ : LA SEPULTURA NO ES LO IMPORTANTE Y SENTIMIENTOS
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: MAGVBIL  (Mensaje original) Enviado: 15/03/2014 19:11



Hola mis amados:

Este ejemplo que vas a leer a continuación es muy interesante, porque hay personas que se preocupan mucho por donde irán a quedar sepultadas, eso pierde valor ante el hecho de que nos interese más el lugar donde pasaremos la eternidad, porque desde ya debemos tener claro hacia dónde vamos, nuestra forma de vida determina ese sitio y recuerda que Jesús te fue a preparar una morada especial para que habites con El por la eternidad.

LA SEPULTURA NO ES LO IMPORTANTE.‏

Primero lo enterraron en la iglesia de Garrison, en Potsdam, Alemania, junto a su padre Federico Guillermo. De ahí, en la época de la Segunda Guerra Mundial, lo sacaron y lo llevaron al refugio secreto del Mariscal Herman Goering. De ese lugar lo trasladaron a una mina de sal en Turingia, Alemania Oriental, a casi cinco mil metros bajo la superficie de la tierra.
De ahí lo llevaron a una iglesia en el pueblo de Marburgo, en Alemania Occidental. Y por fin en agosto de 1991, después de doscientos cinco años de haber muerto, el cuerpo de Federico I, el Grande, rey de Prusia, fue sepultado donde él quería: en los jardines de su palacio de verano, en la ciudad de Potsdam.
Toda esa odisea nos lleva a preguntarnos: ¿Tiene, realmente, alguna importancia el lugar donde a uno lo entierran?
Los grandes de este mundo la dan tanta importancia al lugar donde van a vivir como al lugar donde serán enterrados. Piensan que las personas de ilustre cuna como ellos deben ser sepultadas en lugares de grandeza y renombre.
Así pasó con Federico I, el Grande, rey de Prusia, filósofo, artista, mecenas de literatos, y formidable guerrero. Él quería que lo enterraran sin ninguna pompa ni ceremonia en los jardines de su palacio que bautizó "Sans Souci", que en francés significa "sin preocupación". Pero los azares de la política y de la historia lo llevaron de lugar en lugar, hasta que al fin, doscientos cinco años después de su muerte, sus restos llegaron a descansar donde él siempre quiso.
Y surge de nuevo la pregunta: ¿Tiene, después de todo, real importancia el lugar donde a uno lo entierran? Estudiemos esto por un momento.
Somos cuerpo y alma, lo material y lo espiritual, lo pasajero y lo eterno. El cuerpo que nos sostiene vino de la tierra y a la tierra regresa. El alma, esa parte inmaterial nuestra que es lo que realmente somos, es eterna. Es triste que le demos más importancia a la parte nuestra que retorna al polvo que a la que nunca muere.
Ciertamente para los familiares y amigos íntimos el lugar donde reposa el cuerpo tiene importancia; pero sin falta de respeto, o más aún, de reverencia, al deseo de estos allegados, para la persona que muere lo que más importa es dónde irá después de la muerte. Es el destino del alma lo que vale, no el destino del cuerpo.
Dios no nos ofrece sepulturas en mausoleos de mármol sino una morada eterna en la gloria celestial. Démosle hoy mismo nuestro corazón a su Hijo Jesucristo. Él nos dará una vida íntegra y buena aquí, y una vida de gloria eterna en el más allá.
Un mensaje a la Conciencia por el Hermano Pablo.

SENTIMIENTOS   

¡Cuánta gente vive esclavizada en su vida sentimental! El dolor generado por un desengaño, la no retribución del mismo afecto por parte de la persona amada, la manipulación de las emociones, el sufrimiento que provoca el rechazo, son algunos de los tantísimos elementos que a lo largo de los siglos ha frustrado a hombres y mujeres por igual.  
Vivir al compás de los sentimientos se torna una experiencia muy difícil de sobrellevar. Porque en ese sube y baja de amores imposibles y pasiones encontradas, pareciera que la vida misma ha perdido su valor y todo se ha reducido a la concreción – o no – de una relación amorosa.
Me gusta cómo lo expresa de manera vívida e intensa uno de mis tangos favoritos: “Garúa... / Solo y triste por la acera / va este corazón transido / con tristeza de tapera... / Sintiendo tu hielo / porque aquella con su olvido / hoy le ha abierto una gotera... / Perdido / Solo como un duende que en la sombra / más la busca y más la nombra / Garúa... / Tristeza... / ¡Hasta el cielo se ha puesto a llorar!”*
Algo similar puede leerse en el Libro de los Salmos: “Mi corazón late de prisa, las fuerzas me abandonan, ¡aun la vista se me nubla!”**
Como personas integrales nos resulta casi imposible disgregar las tres áreas de nuestro ser. ¡No deberíamos ocultar ni reprimir nuestras emociones! Pero si permitimos que nuestra vida sea dirigida por los sentimientos, probablemente transitaremos nuestros años en un vaivén marcado por la insatisfacción permanente.
Desde ese ángulo se puede entender el porqué de la inestabilidad emocional que caracteriza a mucha gente. Mujeres y hombres que un día parecen estar resueltos a triunfar y ser libres, pero que al siguiente se los ve ahogarse en la angustiosa desesperación de no ser correspondidos.
Trata de poner las cosas en su lugar y ver tu situación desde una perspectiva diferente. Porque tu felicidad no debería depender del afecto que pudiera brindarte y negarte otro mortal igual que tú. ¡La gente falla todo el tiempo! ¡La desilusión está a la orden del día!
Pídele a Dios que te ayude a ser libre de la tiranía de los sentimientos y decide subyugarlos a tu decisión de vivir en libertad. ¡Porque el amor, ante todo, es una decisión de la voluntad!
CRISTIAN FRANCO

Ser esclavo es algo que no le agrada a nadie, pero sin embargo hay sentimientos que nos esclavizan y no es lo indicado, porque el hecho de ser preso de algo que te hace la vida difícil es una situación que debes procurar muy pronto a que desaparezca, por tanto si dejas que el Santo Espíritu de Dios tome el control de tu vida, también lo hará de tus sentimientos para que encauzados en Su voluntad sean de bendición y de buena compostura de nuestra parte, así viviremos con gozo, paz y sabiendo que El tiene el control.

Los amo y bendigo en Jesucristo.

MAGNOLIA

 

MÉTELA EN TU CORAZÓN 

Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo.  Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-

"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"

Salmo 119:11



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