Hay personas que viven como este mensaje las describe, como en una montaña rusa, unos días arriba y otros abajo, que no les imitemos porque entonces estaríamos frustrados por ello, que las emociones y decisiones que tomemos no nos lleven a actuar de forma que después lamentaremos, tengamos fe que el Señor está a nuestro lado y nos ayuda en todo, dependamos de Él y confiemos que Su dirección nos llevara a tomar las decisiones correctas.
ARRIBA Y ABAJO...
La montaña rusa suele ser la atracción más visitada en los parques de diversiones alrededor del mundo.
Algunas son simples y no hace falta tener demasiada valentía como para subirse a ellas. Otras, en cambio, parecen haber sido diseñadas con el objetivo de intimidar a la gente.
Las subidas y bajadas, los tramos llenos de curvas y pendientes, la velocidad extrema con la que marchan los pequeños coches, todo pensado para lograr que la adrenalina corra por las venas de quienes se animen a dar una vuelta.
Algunas personas viven como si estuvieran todo el tiempo en una montaña rusa. Por momentos parecen felices y contentas, llenas de alegría por sus logros, amistades y bendiciones. ¡Están arriba, en el punto más alto!
Pero al poco tiempo se las ve tristes, deprimidas y sin esperanza acerca de su futuro. Ya no queda nada de la euforia que sentían días atrás. Ahora sólo hay amargura y un profundo sentido de soledad.
¿Qué ocurre? ¿Cuál es la razón de esos cambios tan bruscos?
En la mayoría de las situaciones, el problema consiste en permitirles a las emociones que dirijan los pensamientos.
En otras palabras, dejar las decisiones, las relaciones interpersonales y los proyectos en manos de los diferentes estados anímicos.
Si vives de esa manera sólo obtendrás frustración y debilidad de carácter.
Pero si escoges colocar tus sentimientos bajo la dirección de tu voluntad, podrás crecer y disfrutar de tu vida a pesar de lo que sientas o las experiencias que ocurran a tu alrededor.
Ciertas experiencias de ese tipo suelen ser parte natural del crecimiento – en especial durante la adolescencia – o pueden ser síntomas de problemas físicos que deben ser tratados por los médicos.
Lo importante es descubrir la causa del problema y buscar ayuda, para desarrollar una vida libre y sana.
El rey David escribió: “¡Ten confianza en el Señor! ¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor!”*
En mi propia realidad, acercarme a diario a mi Creador y buscar Su ayuda es una experiencia que le da un permanente sentido, balance y orden a mi vida.
¿Y tú? ¿Cuál es tu situación en este día?
CRISTIAN FRANCO
CREDITO DEBIDO
En 1946, cuando el ejército de los EE.UU. develó su computadora de 30 toneladas llamada ENIAC (siglas en inglés para Integrador y Computador Numérico Electrónico), dos hombres llamados John Mauchly y J. Presper Eckert recibieron todo el crédito. Pero fueron seis mujeres tras bastidores las que hicieron funcionar la computadora.
Antes de que Mauchly y Eckert subieran a la plataforma para demostrar a ENIAC, las mujeres habían programado la compleja máquina. En ese momento no recibieron reconocimiento alguno, pero los historiadores hoy quieren darles el crédito debido.
A menudo a las mujeres no se les reconoce por sus logros y contribuciones. Y tristemente, eso también sucede en la Iglesia. Pero en Romanos 16 tenemos un ejemplo de la importancia de honrar a las mujeres que sirven fielmente. Pablo alabó a Febe porque había «ayudado a muchos y aun a mí mismo» (vv.1-2). Ensalzó a Priscila y a su esposo Aquila, los cuales arriesgaron su vida por el bien de Pablo (vv.3-4). Trifena y Trifosa eran «obreras del Señor» y Pérsida «ha trabajado mucho en el Señor» (v.12). Pablo mencionó al menos ocho mujeres por las cuales sentía un gran aprecio.
Las mujeres de fe merecen honor por su servicio a Dios y a los demás.
En verdad que hay mujeres que han hecho grandes cosas en la historia, en nuestro entorno, en las iglesias y en muchos lugares a las cuales no se les ha dado ese reconocimiento, que a partir de ahora lo hagamos, que ellas también son recursos especiales en las manos del Señor y que a través de ellas puede obrar maravillas, que sean siempre instrumentos para bendecir y que si no se les reconoce, el Señor tiene galardones para cada una de ellas.
Los amo y bendigo en Jesucristo
MAGNOLIA