Hola mis amados:
La vida cristiana es una carrera de fe, que nada nos impida seguir adelante con la mirada puesta en el Autor y consumador de ella que es Jesús, porque si no mantenemos la vista allí, nos podemos extraviar y así perdemos la meta que tenemos delante, que nada nos aparte de ese Camino de vida que nos ha puesto el Señor para que cuando lleguemos a la meta nos encontremos con el Señor y Él se goce de ver que fuimos constantes, obedientes y persistimos en seguirle y no detenernos jamás.
PROSIGUE
En esta carrera para ser semejantes a Él y amarle, olvido el pasado, vuelvo la cara a Jesús y me concentro en Él. Muchas veces miramos demasiado hacia atrás, lamentándonos por la pérdida del brillo del ocaso… y eso no nos deja ver el camino que tenemos por seguir, por andar… en Él.
“Prosigo” significa: correr con el supremo esfuerzo y sugiere una dedicación activa e intensa, pero recurriendo a la gracia y la fortaleza de Dios en cada paso del camino. Debo conocer el propósito de Dios para mi vida: una vida que le glorifique a Él.
“Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:30-31
Terminar la carrera no es fácil. Nos caemos, aprendemos a levantarnos y proseguir con la mirada puesta al premio del supremo llamamiento.
Veamos algunos personajes bíblicos que corrieron la carrera hasta el final:
Abraham A lo largo de su vida Abraham obedeció a Dios: mudándose, viviendo en tiendas, una vida nómade. El murió sin ver el cumplimiento de las promesas de Dios de tierras, un gran número de descendientes y una gran bendición. Gn. 12:1-3, Heb. 11:39. Podría haber abandonado la carrera, “Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. He.11:16”
David 1 Crónicas 22:5.19. Él quería construir un templo, Dios le dice que no, pero pasó los últimos años reuniendo materiales para Salomón.
Pablo Sus últimos años escribiendo cartas desde la cárcel, ofreciendo ánimo, exhortación y consuelo por medio de su pluma.
LA FE DE UN NIÑO
Lectura: Mateo 18:1-5. "De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis niños, no entraréis en el reino de los cielos" Mateo 18:3
Un domingo escuché a Miguel hablar acerca de su relación con sus dos padres el que le crió cuando era niño, y su Padre en el cielo.
Primero describió su confianza infantil hacia su padre terrenal como «sencilla y sin complicaciones». Esperaba que su papá arreglara lo que se había roto y le diera consejos. Sin embargo, le aterraba la idea de no complacerle, porque a menudo olvidaba que el amor y el perdón de su padre siempre venían a continuación.
Miguel continuó: «Hace algunos años causé todo un enredo y herí a muchas personas. Debido a mi culpa, terminé una relación feliz y sencilla con mi Padre celestial. Olvidé que podía pedirle que arreglara lo que yo había roto y buscar Su consejo».
Pasaron los años. Finalmente, Miguel tuvo una necesidad desesperada de Dios, pero se preguntaba qué hacer. Su pastor simplemente le dijo: «Dile a Dios que lo lamentas, ¡y hazlo en serio!»
En vez de ello, Miguel hizo preguntas complicadas, como: «¿Cómo funciona esto?» Y «¿Qué pasará si...?»
Finalmente, su pastor oró: «Dios, por favor, ¡dale a Miguel la fe de un niño!» Más tarde, Miguel dio un testimonio gozoso: «¡El Señor lo hizo!»
Miguel encontró la intimidad con su Padre celestial. La clave para él y para nosotros es practicar la fe sencilla y sin complicaciones de un niño.__ JEY
Reflexión: La fe brilla con mayor fulgor en un corazón de niño.
No hay nada que agrade más al Señor que la fe de un niño, porque ellos no ponen excusas, tropiezos o pensamientos diferentes a lo que dice la Palabra de Dios, tan solo creen y listo, es la forma en que los adultos deben proceder siempre para ver lo que el Señor quiere de nosotros, por tanto que cada día seamos más niños en la fe para que el respaldo del Señor sea más grande y maravilloso.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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