Una mañana de invierno, Paul (Marlon Brando), un hombre de 45 años recién enviudado, y Jeanne (Maria Schneider), una actriz amateur de 20, se encuentran casualmente mientras visitan un departamento de alquiler en París. La atracción entre ellos es muy fuerte, tras mediar apenas unas cuantas palabras y sin conocerse, hacen el amor apasionadamente en el piso vacío.
Cuando abandonan el edificio, establecen el pacto de volver a encontrarse allí, en soledad, sin preguntarse los nombres. Paul consigue alquilar el departamento, donde comienzan a tener furtivos encuentros. La relación se caracterizará por una fuerte violencia verbal y sexual ejercida por él hacia Jeanne, en un afán de dominar también su mente. Ella, prometida para casarse con otro, un joven director de cine (Jean Pierre Léaud) que la convoca a la filmación de una película por las calles de París-, parece no darse cuenta de la violencia de que es objeto.