El ministro y autor de Unity, Eric Butterworth escribió: “Todo lo que logramos proviene de la infinita mente creativa”. Con este pensamiento en mente, me vuelvo receptivo al fluir de ideas divinas y a mi habilidad innata para crear. La actividad del Cristo obra en mí y por medio de mí.
La creatividad es mucho más que facilidad artística para pintar, escribir o crear música. El proceso creativo se expresa en todo lo que hago. La actividad de mi mente es innovadora, haciendo de mis pensamientos una realidad y desarrollando una idea o un sueño hasta verlo realizado, ya sea en la preparación de una comida o la organización de un proyecto. Soy creativo. Reconozco que mis logros diarios son expresiones creativas del Cristo en mí.
Que haya en ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús.—Filipenses 2:5
Busco a Dios primero y la prosperidad fluye hacia mí y de mí.
Un cheque es una forma tangible de prosperidad. Sin embargo, la verdadera prosperidad es más que cierta cantidad de dinero o balance bancario: es el fluir de bendiciones en mi vida. Si me siento abrumado por las cuentas, las finanzas o las decisiones que debo tomar, sé que puedo cambiar mi actitud. Centro mis pensamientos en lo positivo y, al hacerlo, siento gratitud.
La prosperidad también es un estado mental. Cuento a mi familia, mis amigos y la belleza de la naturaleza entre mis muchas bendiciones. Cuando voy a mi interior, a mi Fuente divina, promuevo un estado mental positivo. Estoy más receptivo y consciente del fluir de las bendiciones de Dios que obran en cada área de mi vida. Busco a Dios primero y la prosperidad fluye hacia a mí y de mí.
En unidad con todos los seres, contribuyo a una conciencia de paz.
Todas las personas alrededor del mundo merecen paz. Cada individuo es una expresión de Dios, un instrumento para la armonía. Alineo mis pensamientos con mis congéneres, abriendo el camino hacia la libertad espiritual. Juntos utilizamos el poder del amor para bendecirnos los unos a los otros y bendecir a cada ser en el mundo. Determinamos ver más allá del prejuicio y de la estrechez mental para visualizar un mundo de respeto, comprensión y unidad de propósito.
Nuestra unidad en pensamiento, aspiraciones y comprensión edifica un medio ambiente de paz perdurable. Veo el mundo con ojos llenos de amor divino, y afirmo bondad, hermandad y armonía. Mi visión de unidad y buena voluntad contribuye a una conciencia de paz.
Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra.—Génesis 1:1