Los hombres que no perdonan a las mujeres sus pequeños defectos
jamás disfrutarán de sus grandes virtudes.
No busques al amigo para matar las horas, sino búscale con horas para vivir.
Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio.
El silencio del envidioso está lleno de ruidos.
Para entender el corazón y la mente de una persona, no te fijes en lo que ha hecho
no te fijes en lo que ha logrado, sino en lo que aspira a hacer.
Del hablador he aprendido a callar; del intolerante, a ser indulgente,
y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca,
no siento ninguna gratitud hacia esos maestros.
Vuestros hijos no son vuestros hijos:
son los hijos y las hijas de las ansias de vida que siente la misma vida.
No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche.