No sigas a un amor que te hizo sufrir,
un amor que un día se olvidó de ti
y lo peor un amor que un día se fue de ti.
No confíes en alguien que te dijo:
te lo juro, que lloró,
y luego, te reemplazó sin ningún dolor.
Recuerda:
Quien se va sin ser echado, vuelve sin ser llamado